jueves. 25.04.2024
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CRÍTICA

Elvis, el rey sigue vivo

Ya tardaba la industria del cine en hacer una película sobre la biografía de Elvis Presley, el rey del rock

Fotograma de la película dedicada a Elvis en un concierto.
Fotograma de la película dedicada a Elvis en un concierto.
Elvis, el rey sigue vivo

Siempre ha sido rentable hacer producciones basadas en las historias de grandes figuras de la música o de las artes, como fueron en su día ‘Bohemian rapsody’ sobre la vida de Freddy Mercury o ‘Rocketman’ sobre Elton John. Ahora le ha tocado el turno a Elvis Presley y la aventura tiene amplio recorrido.

El encargado de rodar este biopic ha sido el director Baz Luhrmann al que ya conocemos por su estilo en ‘El Gran Gatsby’ o ‘Moulin Rouge’. Es una revisión completa de la vida y carrera de aquel jovenzuelo con tupé nacido en Mississippi y criado en Menphis que revolucionó la escena musical de los años 50, 60 y 70 con sus provocativos movimientos de cadera y su innovadora fusión del country tradicional con el rhytm and blues que en aquella época se asociaba exclusivamente a los cantantes negros.

Pero en esta película el protagonista no es el cantante sino su representante, el Coronel Tom Parker, que es quien nos narra la historia. Un personaje farsante, charlatán de barraca que descubre a Elvis, le convertirá en una estrella mundial, se aprovechará todo lo que pueda de él hasta su trágico final como ocurre en la mayoría de las leyendas del rock.

Elvis es realmente un film apabullante, excesivo, febril, la primera media hora te deja sin respiración con un amplio despliegue de los trucos de Luhrmann que ya utilizó en otros trabajos, sobre todo en Moulin Rouge. Tiene una fotografía espléndida, rodada en Panavisión, y un montaje frenético. Todo ello bajo una banda sonora omnipresente que fusiona lo nuevo y lo antiguo con un gran derroche de imaginación.

El rey del rock ante su público.
El rey del rock ante su público.

En el desarrollo del guión tal vez se echa en falta un poco más de profundidad en el drama personal, en los aspectos psicológicos de un personaje que terminó solo, deprimido y ayudado por su adicción a los tranquilizantes que acabarían con su vida. Las imágenes de su actuación final de un Elvis obeso interpretando la inolvidable melodía del ‘Unchained Melody’ es de una gran emoción.

El reparto es fantástico, empezando por el joven actor Austin Butler como Elvis, que además de cantar  y bailar (tiene formación musical) hace una gran recreación del personaje, pero no se limita a imitarle, le da una visión real, reconocible y creíble. Y a su lado, el gran Tom Hanks, verdadero protagonista haciendo del despreciable Coronel Parker, ayudado por un soberbio trabajo de maquillaje y caracterización. Junto a ellos, una estupenda Olivia DeJonge como Priscilla Presley y Richard Roxburgh como el padre de Elvis.

Espléndida fotografía de Mandy Walker, el montaje de Matt Villa y la música de Elliot Wheeler. Todos son serios candidatos a ser nominados para los Oscar.

La película cuenta lo que quieres saber, no engaña, es reconfortante para los que conocemos la historia de Elvis Presley y será todo un descubrimiento para la generación que no le llegó a conocer.

A pesar de su larga duración de más de dos horas y media, merece la pena verla y en pantalla grande, un disfrute para la vista y los oídos.