“Hay diferencias de 700 euros en algunos casos entre los salarios de los policías locales en Cantabria”, aseguró su coordinador regional de CCOO, Juan Carlos Díaz
Este santoñés lleva casi 25 años en el cargo de los 36 años en esta profesión y afirmó que casi ningún municipio cumple la ratio de agente por número de habitantes

“Hay diferencias de 700 euros en algunos casos entre los salarios de los policías locales en Cantabria”. Así, lo aseguró el coordinador de la Policía Local de Cantabria de Comisiones Obreras, Juan Carlos Díaz (Santoña, 1965), cuando se le pregunta sobre la situación de este Cuerpo en la Comunidad Autónoma.
En su opinión un policía local se desplaza de municipio y cambia de destino por tres motivos: económico, territorial y por mobbing (acoso laboral). El principal, subrayó, es el económico y después el territorial con el fin de estar más cerca de su familia.
La falta de actualización de la valoración de los puestos de trabajo y de los convenios de los trabajadores municipales por parte de los ayuntamientos, en algunos casos desde hace 20 años, son los motivos por los que se producen estas diferencias en los sueldos, algo que se suple con el pago de la productividad, una cantidad que no cotiza para la jubilación, y que desaparece según criterio municipal, explicó el coordinador.
Pero, existen municipios, sigue relatando, en dónde sólo hay un agente que cuenta con un mayor riesgo en el desarrollo de su trabajo y asume más competencias, desde notificador hasta encargarse de la seguridad ciudadana lo que supone patrullar en solitario para atender delitos, custodia en colegios, problemas domésticos, resolución de altercados, y control de las licencias de obras, entre otros. En este caso, incide, que a pesar de su situación laboral tienen el sueldo más bajo.
Y en referencia al número de policías locales, este santoñés que lleva 36 años en el Cuerpo, dos como auxiliar en su pueblo y el resto en Noja, ofrece datos. En la actualidad, Cantabria tiene 532 agentes, 38 de ellas mujeres, en 30 municipios, según las cifras facilitadas por el Gobierno de Cantabria, mientras que entre 2000 y 2010 había 650 en 32 municipios, lo que supone, a su entender, una rebaja muy notable debido a las decisiones que se toman en los ayuntamientos de no reponer los agentes que se jubilan o se trasladan a otros lugares.
Esto significa que en casi ningún municipio se cumple la ratio de agentes por el número de habitantes. En España la ratio está marcada en tres policías por cada 1.000 habitantes y en Cantabria se sitúa en uno por cada 890 vecinos, una población que en verano aumenta hasta los 15.000 por cada policía.
“Según el Gobierno regional la Comunidad tuvo seis millones de pernoctaciones en 2024 y dos millones de visitantes en una Comunidad con una población total de 550.000 habitantes, de los cuales 489.000 disponen de policías en sus municipios”, comentó.
Y de hecho hay municipios como Potes, San Vicente de la Barquera o Limpias que ahora sólo cuentan con un policía local. Así, existen 11 municipios con más de 10 agentes y una población de 390.000 vecinos; cinco, entre cinco y 10, con 37.000 habitantes, y 14 con menos de cinco y 55.000 residentes.
Crear plazas
Con este análisis, el coordinador del Cuerpo del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) desde hace 25 años considera que el modelo está obsoleto y teniendo en cuenta que no se cuenta con policía autonómica el Ejecutivo regional debería destinar una mayor ayuda para la creación de más plazas y que existiese interés por los alcaldes para ofrecer un servicio más coherente y reglado a los ciudadanos.
No deja de lado Juan Carlos Díaz que existen, en ciertos casos, carencias en las instalaciones, como por ejemplo en Torrelavega y la conveniencia y la necesidad de crear más plazas en las oposiciones.
En este sentido, tras la aprobación de la oposición única para todos los aspirantes, el coordinador señala que se debe esperar a su implantación para comprobar cómo funciona.
Sin embargo, a priori la convocatoria única es un avance y es favorable, pues permitirá a cada ayuntamiento, en colaboración con el Gobierno regional, integrarse en un tribunal para todos los futuros agentes que además se enfrentarán a las mismas exigencias en el examen y en las pruebas.
De igual forma, supone que, una vez aprobado el examen, todos recibirán el curso básico que se imparte de forma obligatoria al mismo tiempo y cada opositor podrá elegir destino dependiendo de la nota obtenida. Al mismo tiempo, se evitarán los problemas de tener varias oposiciones en distintos municipios y distintas fechas.
Aun así, este Cuerpo también ha sufrido mejoras a la hora de desarrollar su trabajo y por ejemplo se ha aumentado la partida para la formación del Instituto Cántabro de Administración Pública, donde se ha avanzado en la formación táctica.
Además, se han mejorado los medios con los que se han dotado a los agentes que han visto como cuentan con chalecos antibalas, guantes anticortes, escudos balísticos, aunque faltan algunos; táser, armamento moderno y vehículos, tales como motocicletas, todo terreno, algunos de ellos eléctricos.
Sin embargo, hay un aspecto que se debe solventar y es la utilización de voluntarios de Protección Civil, en algunos casos, para intentar sustituirla a la policía en eventos, pruebas deportivas, fiestas, conciertos, entre otros. Hay que tener en cuenta, recuerda, que no cuentan con los conocimientos de un agente y repercute en que se no se convoquen las plazas necesarias.

“Es un servicio honroso, desempeñado por voluntarios, pero esta situación se ha venido denunciando en los medios de comunicación y el Gobierno regional debería tomar medidas antes de que pase algo grave, ya que la responsabilidad recae en el voluntario y en el Ejecutivo autonómico.”, puntualizó.
Variedad de delitos
Una profesión que en Cantabria atiende una gran variedad de delitos, entre ellos los medioambientales; violencia de género, hurtos y robos, agresiones, drogas, alcoholismo, concentraciones de botellón, así como reclamaciones de los clientes y visitantes sobre hoteles, comercios y restauración.
Es por ello que en varios ayuntamientos han solicitado permiso a la Delegación del Gobierno para instalar cámaras de videovigilancia contra los robos y los actos vandálicos, algo que a su juicio, no está mal para resolver delitos y ofrecer seguridad, “pero se debe definir quién y cómo se utiliza la información grabada sobre la vida privada que tienen los vecinos y quién y cuándo se puede visionar esas imágenes”.
Cantabria es una Comunidad Autónoma que en unos días volverá a vivir otro verano, lo que supone unos cambios de población considerables en algunos municipios turísticos, como es el caso de Noja donde la población pasa de 2.600 empadronados a 80.000 y se atiende con la misma plantilla de Policía Local.
Ante esta situación, Juan Carlos Díaz reflexiona sobre la incorporación de auxiliares de policía. “No tienen las mismas competencias, no pertenecen a la plantilla, su indumentaria no es la misma y no pueden utilizar los vehículos policiales. Es un informador que colabora, en ocasiones, con los agentes, pero no es la solución”, remarcó.
Desde su punto de vista, la mejora de la atención a la ciudadanía pasa e insiste por crear las plazas necesarias para cumplir la ratio durante todo el año, sin olvidar la formación reglada.
La covid-19
Una de las situaciones más dura que ha vivido Juan Carlos Díaz y sus compañeros de profesión fue la pandemia como consecuencia de la covid-19. Considera que hicieron la función de vínculo con la calle y llegaron a atender llamadas telefónicas de personas que se encontraban incomunicadas y buscaban diálogo.
E incluso, y fuera de su horario, y con la colaboración de Protección Civil, llevaron música debajo de las casas de los niños en el día de su cumpleaños y les entregaron regalos. “Los niños fueron quienes más lo agradecieron, se vio lo mejor y lo peor de las personas, con denuncias, desesperación, entre otras muchas cosas”, declaró, en contrapartida de la solidaridad la empatía y la comprensión en otros casos.
Reto
Como coordinador de este Cuerpo en Cantabria, Juan Carlos Díaz recuerda que se han conseguido varios logros, como en 1994 cuando se firmó la primera Ley de Coordinación Cantabria que supuso la regularización de la profesión, mientras que en el año 2000 se actualizó con logros importantes. Después, hubo un decreto en 2014 con nuevas modificaciones y una nueva modificación de la Ley en 2023.
En el presente, el reto es negociar con el Gobierno regional las normas marco que desarrolla la Ley de Coordinación de Policías Locales para adecuarlas a la actualidad y mejorar los servicios, los medios, la promoción y la formación, así como las condiciones laborales, ya que, aunque las funciones son las mismas, sus competencias se han incrementado.
Aun así, hace hincapié en que se ha pasado de la Prehistoria en el momento en el que se inició en la profesión a una evolución positiva gracias al esfuerzo y la lucha de los sindicatos.
Para finalizar, y después de tantos años ejerciendo, este santoñés considera que entre las cualidades que debe tener un buen policía se encuentran la empatía, la seriedad, la solidaridad y la rigurosidad. “Esto último, a veces te distancia del vecino cuando además vives en el mismo municipio. El policía se lleva muchas cosas del trabajo para casa, sobre todo disgustos, es difícil ser y vivir con un policía”.