Guantes, saco, disciplina, respeto y combate en Santoña: el Club Pugilístico cumple 25 años
El legado de su fundador Jesús Portillo Merino continúa vigente de la mano de su presidente y entrenador Juan Carlos Revuelta Cabanzón

Guantes, saco, disciplina, respeto y combate en Santoña: el Club Pugilístico cumple 25 años. Y es que el legado de su fundador Jesús Portillo Merino continúa vigente de la mano de su presidente y entrenador, Juan Carlos Revuelta Cabanzón (Santoña, 1976), conocido como Charly Box.
Hay que remontarse al año 1990 para encontrar la fundación oficial de este club de la mano de Jesús Portillo, policía local en Santoña y aficionado a este deporte. Si bien, antes de la creación de este club ya impartía clases en el Gimnasio Delta en este municipio. Fue precisamente en estas instalaciones deportivas, donde Juan Carlos Revuelta se inició en el boxeo, tras practicar full contact desde los 14 años de la mano de su profesor Carlos Domínguez.
Durante un tiempo, cuatro años, compagino ambos deportes, pero al final, cuando cumplió los 17 años, se decantó por el boxeo. Llegó a competir en 16 combates amateurs en Cantabria, Madrid, Asturias y el País Vasco, entre otras Comunidades Autónomas, fue ayudante de Jesús Merino, y obtuvo la licencia de entrenador y cogió las riendas del club al fallecer su iniciador en este deporte en un accidente de tráfico, a los 37 años de edad, tras regresar a Santoña de una velada de boxeo en Medina del Campo, en Valladolid.
Para este santoñés el fallecimiento de Jesús Portillo ha sido el peor momento que ha vivido en su trayectoria deportiva, ya que le considera un padre, un amigo y quien le inicio e introdujo en la práctica de esta disciplina. Pero, también ha tenido satisfacciones como el compañerismo existente en el club, la bondad y el respeto entre los alumnos.
Desde entonces, sigue vinculado al boxeo, un deporte que en su opinión exige disciplina, cumplir unas normas, compañerismo y donde no todo es fuerza y pegada, sino que el púgil debe tener inteligencia, movimientos, protección y conlleva un trabajo psicológico importante. “Es un deporte muy completo”, indicó.
Juan Carlos Revuelta aseguró que le llamó la atención la dureza de esta disciplina dentro de los deportes de contacto, con asaltos de tres minutos de duración muy intensos.
A su juicio, los alumnos llevan un buen camino, son respetuosos e incluso destaca que algunos de ellos han dejado la práctica de este deporte por estudios y cuando han regresado a Santoña se han puesto de nuevo los guantes y han subido al ring.
Muchos de los nuevos alumnos vienen con miedo al considerar que van a recibir golpes, incide Charly Box, pero aclara que en la Escuela, que funciona desde hace 10 años, se inician en su práctica sin contacto alguno. Además, hay padres que no quieren el contacto y cuando están preparados, tras la supervisión del entrenador, y se cuenta con la autorización de la familia, los púgiles comienzan, protegidos en todo momento, en el sparring con contacto.

Entre los objetivos del presidente y entrenador del Club Pugilístico de Santoña se encuentra preparar a sus alumnos para los combates con el fin de que pongan en práctica los conocimientos adquiridos. Aun así, remarca que cuesta que salgan boxeadores que den el salto al ring, ya que requiere entrenar todos los días, de forma especial y cuidar la alimentación para mantener el peso antes de enfrentarse a otro púgil a quien no conoces.
En la actualidad, el Club Pugílistico de Santoña cuenta con cuatro alumnos que compiten, pero hay años en los que han sido dos o uno. No hay un tiempo para ver si un boxeador está preparado para comenzar a pelear, depende de las cualidades, aunque Juan Carlos Revuelta señala puede existir entre seis meses y un año y, a veces, existe ansiedad por dar ese paso y se les debe tranquilizar.
Una experiencia que sirve de puente para dar ese paso de entrenar en el gimnasio a subir al ring, es pelear con púgiles de otros gimnasios para controlar los nervios y rodarse con alguien a quien no se conoce. Charly Box lo tiene muy claro y lo que debe existir es unión, confianza y entendimiento entre el boxeador y el entrenador para aplicar los conocimientos en el combate.
Desde su punto de vista, Cantabria tiene un nivel medio dentro del boxeo y es un deporte en auge a la hora de entrenar en gimnasios, sin embargo, repite que faltan boxeadores de ring.
Mientras tanto, considera que su reto es que el Club y la Escuela, dependiente de las Instalaciones Deportivas Municipales (IDM), tengan continuidad y en lo personal apuesta por seguir vinculado a esta disciplina. “Es una parte importante de mi vida que gira en torno a este deporte”, afirmó.
Para su funcionamiento, cuenta con una subvención anual del Ayuntamiento y una pequeña cuota de los alumnos que se destina a la compra de material, motivo por el que agradece el apoyo mostrado por los diferentes partidos políticos que han gobernado en el municipio.
Los alumnos
El Club Pugílistico de Santoña se inició con Jesús Portillo de entrenador y cuatro alumnos. Hoy en día cuenta con 18, ocho de ellos en la Escuela y 10 púgiles, con edades comprendidas entre los 10 y los 60 años. El perfil es muy variado, desde los 10 años a los más adultos y también se cuenta con cuatro mujeres que en opinión de su entrenador no sólo les sirve para su preparación física, sino también como un recurso de defensa personal.
Uno de ellos es Ricardo Martínez Peña (Santoña, 2007), quien decidió iniciarse en abril de 2021 en el boxeo después de acabar la pandemia. Hasta ese momento, este joven jugó al balonmano durante seis años, pero tras la covid-19, la permanencia en casa y la vida sedentaria, este santoñés recuerda que empeoró físicamente y cogió unos kilógramos de más.

Fue en ese momento, cuando su hermano Erik, quien se inició a los 14 años y practicó el boxeo hasta los 22, una actividad que abandono por motivos laborales, le sugirió adentrarse en esta disciplina.
De hecho, aseguró que desde niño siempre le llamó la atención y acudía a ver los entrenamientos de su hermano, a quien tiene como referente en el deporte y en la vida. Sus padres dieron el consentimiento, ya que no lo vieron con buenos ojos cuando era más joven, y desde entonces está enganchado.
En su trayectoria, ha llegado a competir en 10 peleas, todas ellas en Cantabria, una experiencia que califica de muy bonita y dura al mismo tiempo, ya que exige entrenar el doble, fuerza mental, controlar los nervios y cuidar la alimentación. “Es un salto muy grande”, subrayó.
Aunque en el presente, ha dejado de pelear por motivos laborales y de estudios, Ricardo Martínez destaca la parte mental que debe tener un boxeador para que no le traicionen los nervios y la disciplina que exige este deporte. Como consejo advierte que no se debe tener miedo, ya que desde su punto de vista “existen tabús a veces y está mal interpretado este deporte. Somos una gran familia y aunque es un deporte duro, con los nuevos alumnos no existe contacto y en mi caso no me cuesta quedarme más tiempo para hacer de sparring y ayudarles”.
A Ricardo Martínez la práctica del boxeo le ha aportado confianza a la hora de relacionarse, ya que se consideraba una persona introvertida; ha ganado en seguridad y se ve mejor físicamente y mentalmente. Su objetivo, tras un parón en las peleas, es volver a competir y ayudar a los compañeros a que superen su nivel.
Por otro lado, se encuentra Alanis Veas Pincay (2009), una ecuatoriana afincada en Noja desde hace cinco años, que comenzó en la Escuela en el presente año 2025. Lleva cinco años jugando al balonmano en el Club de su pueblo y su propósito es compaginar los dos deportes.
“Siempre me ha gustado el deporte de contacto, tengo amigos que lo practican, vine a probar a Santoña y me gusto, me atrajo y en la Escuela Municipal hay muy buen ambiente. Es una disciplina muy intensa, que requiere fuerza mental y física,”, comentó.
Es por ello que no deja de lado la disciplina que requiere a la hora de controlarse, ya que todo no es fuerza y pegada para convertirse en un buen boxeador.
A ella el boxeo le aporta una buena forma de descargar energía y evadirse de los problemas diarios. Y aunque, lleva poco tiempo en la Escuela Municipal de Santoña, Alanis Veas tiene en mente, siempre que se vea preparada y con el visto bueno del entrenador, subir al ring a competir.
A sus 24 años, Fabián Riveros Elizeche (Paraguay, 2000) es un integrante del Club santoñés desde hace algo más de seis meses, aunque con anterioridad ya tuvo sus primeros contactos con los guantes en otro gimnasio. Lleva afincado en Colindres cinco años y como le llama la atención el deporte de contacto se inició primero en el muay thai y el grappling, aunque decidió dar el paso al boxeo porque, a su entender, siempre le llamó la atención y le trasmitió otras sensaciones diferentes.

Es una disciplina que conlleva, entre sus cualidades, tener la cabeza fría, seguridad, resistencia, física y también estrategia en el combate. “La técnica también es importante, la constancia y la disciplina en los entrenamientos para aplicarlo al ring. Hay que sufrir entrenando para luego vivirlo en el ring”, reflexionó.
A pesar de llevar escaso tiempo, ya ha competido en una pelea en Santander y tiene otras cinco previstas, la primera en junio en la localidad de Ajo, en Bareyo, en junio. Antes de dar el salto, puntualiza que es importante recibir un buen aprendizaje y conocer la ética de este deporte y descargar la energía negativa en positivo para evitar enfocarlo por otro camino.
Su primer combate duró 25 segundos y manifestó que esta experiencia no le sirvió para medir su nivel, ya que hay que ser autocritico para mejorar e ir a más. Hay que tener en cuenta que en categoría amateurs, los combates son tres asaltos y de tres minutos.
No duda este joven que es un deporte recomendable por la mejora del cuerpo, del físico y por salud mental, tanto se compita como no, “porque todos tenemos un mal día en el trabajo”. No deja de lado este boxeador que este deporte ayuda a canalizar los nervios, estar más sereno, requiere mucha disciplina, valorar las pequeñas cosas, y existe compañerismo.
Y es que para este paraguayo el boxeo te enseña la vida, que no todo es de color de rosas, con cosas buenas y malas y en este deporte también se reciben golpes, pero hay recompensas.
Es así, que admite y le pesa no haber comenzado antes en su práctica, lo que le hubiese ofrecido más preparación y más oportunidades de pelear. En su mente y de cara al futuro, persigue seguir compitiendo mientras le respete la salud y continuar haciendo realidad el sueño que siempre tuvo.
El boxeador ruso Vasyl Lomachencko es su referente, un púgil zurdo como él, de quien destaca sus cualidades y como boxea, aunque en su opinión cada uno debe tener su propio estilo, labrar su camino como uno cree, y no compararse con nadie, si bien, añade, no hay que dejar de aprender en positivo lo que otros pueden aportar.
Para su entrenador, Juan Carlos Revuelta, quien tiene como referente a Mohamed Ali, el boxeo es un deporte que engancha hasta el punto de que alumnos que abandonaron su práctica por diversas circunstancias han regresado al club cuando han podido. “Les ha picado el gusanillo de nuevo por pisar el ring, se quedaron atrapados, es el deporte más bonito y el que lo conoce no lo deja nunca”, indicó.