viernes. 26.04.2024
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Opinión

Ello, Ella, Elle

¡Madre mía, qué lío tengo!. Estoy en un momento que con tanto cambio de identidad me he perdido en el sendero y ya no sé si estoy recogiendo champiñones, champiñonas o champiñenes

Vaya por delante en este artículo, y con el sumo de los respetos por mi parte, que cada uno puede verse como quiera, y que las personas que no se consideran de ningún género deben sentirse como les haga feliz, pero ya el tema de la lengua española y las designaciones, según el gobierno, me han desconcertado como filóloga y se me han disparado todas las alarmas.

Vamos a ver, que debo ser tonta y habrá que explicarme este concepto desde cero. Ahora hay que calificar al género no binario como Elle, vale, hasta ahí de acuerdo, pero que ya se decida que esto debe cambiar en la Real Academia de la Lengua Española me niego porque para eso tenemos el artículo neutro LO, para abarcar a ambos géneros, por lo que soy de la vieja escuela y yo lo de la etimología y evolución lingüística lo llevo a rajatabla, pero ese no es el tema, porque claro, a mí me abarcan mil dudas y necesito una explicación para no caer en el error de estar hablando con una persona y cometer el fallo de no terminar con la letra E en todo lo que diga, que para mí y con mi edad es un esfuerzo que ni subir al Everest sin oxígeno, en camiseta y con zapatos de charol.

Me meto en harina para que me corrijan en lo que fuera menester. Si debo cambiar todas las terminaciones de las palabras para no ofender a las personas que se sientan de esa condición me supongo que habrá que cambiar los apellidos que tengan porque si son masculinos los deberán amoldar a su estilo para no ser una ofensa, que ni el Papa Juan Pablo II hablando del aborto en una concentración de feministas en acción en la puerta del Sol, por lo que si el susodicho apellido es Caballero, Hernando, del Rey, y así hasta el infinito, deberán ser conmutados, ipso facto, por Caballere, Hernande y De la Reine. ¡Bufff, vaya jaleo que tengo y no sé ni por dónde empezar a deshacer el desaguisado!.

Pero esto no queda aquí porque las calles, que en su mayoría están compuestas por nombres masculinos, estas personas podrán exigir que en su DNI aparezcan con su género para no crear controversia y no caer en el error de que se les acuse a los policías nacionales de estar cometiendo discriminación sexual, que las cosas están como están y los líos se multiplican cada día más y no están por la labor, por lo que tendrán que recurrir al Tribunal Supremo para que esto se cambie, no sin antes conmutar dicho nombre por Tribunale Supreme para que se sientan bien recibidos y sin exclusión social.

¿Soy la única que me he perdido en la mitad de la receta porque los ingredientes se me han pasado en la cesta de la compra por no tener los códigos de barras activados a la altura de las circunstancias?

Y sigo, porque esto no termina aquí, claro está, ya que hay gente que se considera que es un extraterrestre, un jarrón y hasta un pez de acuario del restaurante chino de aquí al lado, por lo que si esto vale para los no binarios no me parece lógico que se excluyan a estos otros que dentro de poco harán un comité de afectados por el género de Plutón con Alien, el tercer pasajero, como patrón del día 12 de octubre en el reino en cuestión y querrán un lenguaje específico que los identifique. O todos o ninguno, porque yo ahí sí que me pongo en jarras y me manifiesto en contra de los que hacen de las palabras una exclusión absolutista y dicen que para unos sí vale y para otros de eso nada. ¡Vamos, hombre, menuda desfachatez!

 De verdad que estoy perdida y soy la más tonta de corral, que todo puede ser, pero le doy mucho al bolo y a mí hay algo que no me cuadra en la ecuación, que claro, ahora tendré que decir que es ecuacione. ¡Que Dios me ayude que estoy en un lío y de los gordos!

Y continuo más allá porque esta gente saldrá por la noche y pedirá un cubata, por lo que los dueños del bar que se olviden del whisky y de las combinaciones con el Kas, porque o lo conmutan por un whiske con Kes o no les van a consumir nada por ser discriminatorio.

Y ahora vendrá una lista y me dirá que no me entero de nada y que solo se hace referencia a las personas y no a las cosas. ¡Claro, cariño, claro! porque por algo se empieza y luego es solo tirar del hilo, que así habéis empezado y nada os va a frenar, por lo que me he vuelto visionaria y verás como no me equivoco y esto termina sucediendo, al tiempo. Si mi argumentación te parece un disparate mira un poco lo que estáis haciendo. La diferencia es que yo sí soy consciente de mi ciencia ficción, vosotros no.

Si seguimos por esta línea argumental taxativa y de absurdidad pura, cuidado, cuidado, porque si han sido creados por una madre y un padre, pero resulta que el padre era homosexual y se casó con su madre porque en aquella época había que taparlo todo, ¿cómo llamarán a su padre?. De verdad que esto es una locura y yo sigo con la madeja porque o me la enmaraña un gato o sigo haciendo ovillos para tejer un jersey sin agujas y con las manos.

El problema no solo radica en cómo se sienten ellos con el lenguaje, sino cómo nos sentimos los

hablantes al ser obligados a referirnos al género no binario con un determinante, calificativo, adjetivo y complementos que no les haga sentirse aislados y desprestigiados y con la potestad de que te pueden denunciar porque les has faltado al respeto y esto es delito discriminatorio en primer grado. Si estoy obligada a hacerlo, ¿a mí nadie me discrimina?. Porque yo no quiero y sin embargo se me obliga.

¿Dónde está el límite? ¿Se tendrá que crear otro código penal porque este ya no sirve? ¿Habrá que cambiar la constitución por ser ofensiva en cada uno de sus lemas, artículos y cosas varias? ¿La lista de la compra tendrá que ser cambiada porque los condimentos de hacer el pan incluye el agua, que es femenina, al parecer, por lo que se puede decir esta agua y el agua y sin embargo se utiliza el artículo masculino para referirnos a la misma y si la mezclamos con la harina se convierte en algo que lo corta y se echa a perder por no haberlo escrito correctamente a la hora de pasar la receta?

Que te sientes como te da la gana, me encanta y lo respeto, pero no me impongas que te hable con palabras y conceptos que ni quiero ni pienso utilizar, porque desde Cicerón hasta Plauto se estarán dando de cabezazos al dejar que el latín vulgar haya hecho los estragos que hizo hasta llegar a la lengua actual.

A ver si ahora el que se considera tímido de nacimiento y le cuesta hablar recurre a la ministra de Igualdad y exige que o bien se le hable en Morse o este se niega a declarar ante un juez porque no se siente identificado con las palabras y necesita líneas y puntos para expresarse y ahí sí que les han pillado en bragas a los del gobierno por no estar preparados ni prevenidos ante tal acontecimiento.

¿Y qué me dicen del que se siente cebolla y quiere que se dirijan a él como hortalizas varias y no permite que se le diga que es del género masculino sino nabo de la frutería Juana, que es donde tiene el domicilio fiscal y así lo exige en el empadronamiento porque tiene derecho y su identidad es lo que prevalece?.

Lo dicho, o todos o ninguno, que aquí para ser incluyentes pasamos a ser excluyentes para luego volver a incluir lo que dicen que está excluido y no es percal de excluir lo que debe ser incluido. No sé si me han entendido, yo ni papa y me he perdido, os lo aseguro, pero a mí no me pillan diciendo que soy homófoba ni nada por el estilo por no reconocer una raza o un género en cuestión , por lo que voy a ver si escucho un podcast en Ivoxx sobre paradigmas lingüísticos de la ley de género no binario para ser incluida y que no me excluyan de una conversación cuando estemos entre tres o cuatro, porque esa es otra, ¿qué hacemos cuando en una misma conversación estamos

heterosexuales, bisexuales, transexuales, lesbianas, no binarios y demás? ¿Cómo hablamos? No os creáis que lo he analizado un rato y creo que eso sería como una torre de Babel con mil lenguajes y ninguno se entendería con el de al lado. Verás cuando Dante se dé cuenta desde la tumba que de nada le sirvió la Divina comedia y que hemos hecho de la evolución un mundo apartado. Como levante la cabeza la leche que se va a dar con la lápida va a ser de órdago y envido a la grande, sí señor.

En definitiva, que o me pongo las pilas o me quedo atrás porque voy a ser un bicho raro y no tardando.

Lo dicho, todo mi respeto al género no binario, una vez más, pero la lengua dejadla tranquila porque la evolución de la misma es más compleja de lo que os podáis imaginar. 

Si Domiciano, emperador romano, ya se declaró Dios en su reinado y nunca impuso que se creara unas palabras concretas para definir exclusivamente a él como algo inmortal, teniendo el imperio bajo su mano, esto que se pide es un dislate en toda regla y como estudiante de las letras me opongo en primer grado.

Y sí, todo mi texto es una ironía y una alegoría; y no sacada del antiguo testamento precisamente, si no de lo que muchos no analizan y quieren imponer al resto. ¿Ironía?, quizás, pero estoy segura de que no me voy a equivocar.

He terminado mi alegato. Nada más que alegar, Señoría.