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La Última Cena y el Santo Grial, historias y leyendas

Es posible que sean dos de las historias más investigadas y con más iconografías conocidas y, como suele ocurrir, se mezclan la mitología y la leyenda con la realidad.

La Última Cena y el Santo Grial, historias y leyendas

Han surgido a lo largo de los años muchas cuestiones sobre aspectos concretos de la llamada “última cena”. Sí parece estar comprobado que Jesús se reunió con sus discípulos horas antes de su juicio y condena a muerte.

Una cuestión de estudio fue concretar la posible fecha de esa reunión. Los historiadores estiman que la fecha de la crucifixión tuvo lugar entre el 30 y el 36 d.C. Isaac Newton, en sus estudios astronómicos, concreta que la fecha más real sería el 3 de abril del 33 d. C. Según la tradición, la iglesia afirma que la Última Cena tuvo lugar la noche anterior a la muerte de Jesús, pero ninguno de los evangelios canónicos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, dicen de forma inequívoca que esa comida tuviera lugar la noche anterior a su muerte.

El lugar donde se reunieron es otra cuestión de estudio. Se habla de una mujer llamada María, madre de Marcos, que puso su hogar a disposición del grupo. Pero según la tradición cristiana, la última cena habría tenido lugar en un Cenáculo, una casa situada en el Monte Sión de Jerusalén que pertenecía a un amigo de Jesús donde su planta alta se usaba como comedor.

Hablemos del menú de esa cena. Entre las diversas teorías al respecto, la más extendida habla de este posible menú, teniendo en cuenta que eran las fechas de la Pascua judía: pan ácimo - sin levadura en la masa -, vino, cordero recién sacrificado, y sal.

Muchos de estos detalles se pueden contemplar en el famoso mural pintado en 1498 por Leonardo da Vinci de la Última Cena, que esconde muchos secretos y que se puede admirar en el refectorio del Convento de Santa Maria delle Grazie, en Milán.

En esa cena, Jesús compartió el pan y la copa de vino entre sus discípulos. Y a esa copa de vino se la ha denominado “el Santo Grial”, una de las historias más apasionantes que aún hoy despierta un gran interés.

Según la leyenda, José de Arimatea usó la copa de vino, o recipiente o cáliz, para recoger la sangre de Cristo derramada por la herida del costado mientras estaba en la cruz y se ocuparía de su custodia llevándola a Britania. Esta historia se empezó a escribir en el s. XII por dos poetas franceses, Robert de Boron, en su obra “Joseph d’Arimathie”, y el poeta Chrétien de Troyes en su obra “Perceval” en 1191.

En esta obra, la más conocida, se habla de la visita de Perzeval, que aspira a ser Caballero del Rey Arturo, al castillo del Rey Pescador, en el cual se le muestra un grial, dentro del cual hay una especie de oblea que de forma milagrosa alimenta al herido padre del Rey. Este sería el comienzo de la leyenda y otros autores escribieron sobre la custodia y guarda del famoso cáliz.

Según esos escritos, el Grial fue llevado por distintos puntos de Europa para su custodia hasta llegar a España, donde hay varias teorías de su posible ubicación: en la Basílica de San Isidoro de León, en la Catedral de Valencia y en el Monasterio de Montserrat. Hasta los jerarcas nazis del Tercer Reich buscaron en Montserrat el famoso Grial como símbolo de la pureza aria.

También en Montserrat, Monsalvat, Richard Wagner sitúa su última obra, el Festival escénico sacro “Parsifal”, basado en el poema épico medieval “Parzival” de Wolfran von Eschenbach, donde en su última y más emotiva escena se resume el poder milagroso del Santo Grial.

El Grial, sus historias y leyendas siguen siendo hoy día apasionantes.