lunes. 29.04.2024
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El fiscal mantiene los 100 años a los cuatro acusados de la violación grupal en Santander

El Ministerio Público reclamó 100.000 euros de indemnización para la joven, que entonces tenía 22 años, por verse "sometida a una situación tan salvaje" y vivir "una experiencia tan traumática"

Ciudad de Santander. R.A.
Ciudad de Santander. R.A.
El fiscal mantiene los 100 años a los cuatro acusados de la violación grupal en Santander

El fiscal del caso de la supuesta violación grupal a una joven de 22 años en el verano de 2022 en Santander mantiene su petición de una pena conjunta de más de 100 años para los cuatro procesados por delitos de agresión sexual y cooperación necesaria.

 De esta manera, ha elevado hoy, miércoles, a definitivas sus conclusiones en la segunda sesión del juicio por estos hechos que se celebra en la Audiencia Provincial de Cantabria,

El representante del Ministerio Público reclama 100.000 euros de indemnización para la joven, que entonces tenía 22 años, por verse "sometida a una situación tan salvaje" y vivir "una experiencia tan traumática", que tuvo lugar tras una noche de fiesta en un piso de la ciudad y que continuó después en otra vivienda de una localidad diferente a la que se desplazaron en autobús.

En su informe final, ha tachado de "mentira" las manifestaciones de los encausados, algunos de los cuales han cambiado en la vista oral la versión que ofrecieron en fase de instrucción, y ha señalado que sólo han coincidido en una cosa: en que estaban todos borrachos menos la chica, cuando las pruebas periciales han corroborado en ella un consumo "importante" de alcohol y también de otras sustancias.

Esta acusación ha concluido que la joven mantuvo una actitud de "sometimiento, que no de consentimiento", respecto a los hombres -hubo un quinto participante que no ha sido identificado y se archivó la investigación abierta a otro-, por lo que reclama 30 años de prisión para tres de ellos y 15 años y seis meses para el cuarto.

También han elevado a definitivos sus escritos iniciales las demás partes. Así, la abogada de la joven, que ejerce la acusación particular, ha ratificado su solicitud de casi 200 años de prisión a los imputados, 50 años para los que presuntamente consumaron la violación y 48 años y medio para el cuarto que lo intentó y ayudó a los demás, y la misma cuantía que el fiscal en concepto de responsabilidad civil.

Esta letrada ha destacado que la víctima tenía ese día, 30 de julio de 2022, fiestas de Semana Grande en Santander, mermadas e incluso anuladas sus facultades de decisión dado su estado de intoxicación y que sintió "miedo" al entender que estuvo en "riesgo vital" y que podía morir o sufrir lesiones si intentaba resistirse.

De su lado, las cuatro defensas se han reafirmado en la absolución de sus patrocinados, aunque expondrán sus informes finales el próximo viernes, día 22 de marzo, a partir de las 9.30 horas ante la Sala de la Sección Primera, para quedar después el juicio visto para sentencia.

Manada

Entre tanto, desde la Fiscalía consideran que existe prueba de cargo "más que sobrada" para condenar a los imputados, en prisión provisional desde los hechos, y que al principio "se identifican y señalan unos a otros como los que estaban en el piso".

El fiscal ha tenido en cuenta también las contradicciones en las que han incurrido y la declaración de la joven, que siempre ha dicho "sustancialmente lo mismo" y sin "ninguna contradicción relevante", salvo alguna "confusión" dado su estado de intoxicación.

Así, ha mantenido que no fue una relación consentida y que no se opuso verbalmente "hasta el final". Primero, ha apuntado, la chica "cierra los ojos y se deja hacer", en una actitud de "resignación". "Me ha tocado: de aquí no salgo", ha parafraseado el fiscal, para quien la víctima sufrió un "acorralamiento" sin "posibilidad de resistencia y oposición. La mueven en volandas como a un muñeco", remarcó.

"Lo que sucede en ese momento escapa absolutamente de su control", ha resumido el fiscal, para quien esta violación grupal en las fiestas de Santander "guarda muchas similitudes" con el caso de 'la manada' de Pamplona durante San Fermín, poniendo de relevancia igualmente la "intimidación ambiental" o la falta de consentimiento de la víctima ante esta actuación conjunta.

Para terminar, el representante del Ministerio Público ha explicado que ha aplicado en este supuesto la conocida como 'Ley del sólo sí es sí' con carácter retroactivo y por ser más beneficiosa para los acusados. Y ha negado que la indemnización solicitada para la víctima, y a la que ha sumado 165 euros de gastos sanitarios, sea "elevada" si se tiene en cuenta que fue "sometida a una situación tan salvaje".

La letrada de la acusación particular ha subrayado la persistencia "en lo esencial" de los hechos por parte de su clienta y de la que "se aprovecharon" los procesados dada su "especial vulnerabilidad", hasta el punto de que "la llevan y la traen a su antojo". También ha tachado de "peregrinas" las justificaciones de los encausados para el cambio de versión.

Periciales

En la segunda sesión del juicio han continuado las testificales y se ha practicado la pericial. Así, han comparecido las forenses que examinaron a la denunciante tras lo ocurrido y que presentó algunos signos, pero no lesiones graves, como hematomas, arañazos o enrojecimiento en algunas zonas del cuerpo: pueden ser compatibles con relaciones sexuales, tanto consentidas como no.

Las muestras de orina y suero de sangre extraídas horas después de los hechos dieron positivo en alcohol, en concentraciones compatibles con una borrachera; cocaína, ansiolíticos y antidepresivos. Sobre esto último la joven refirió que había sufrido depresión previa los hechos, así como dos intentos autolíticos.

De su actitud, han indicado que era correcta y estaba orientada, aunque "muy abatida", "abrumada" y "confusa" por la situación: "no sabía muy bien qué pasaba" y se apoyaba en una amiga suya, que la acompañó al hospital y a denunciar. Se mostró colaboradora y admitió "conductas de riesgo" como el consumo de sustancias o "relaciones de riesgo".

El informe pericial no recoge ningún diagnóstico de trastorno de la personalidad como tal pero sí determinados rasgos de personalidad que apuntan a inestabilidad emocional o emociones "muy erráticas e impulsivas". Y refleja además distintos síntomas de estrés post traumático "grave", trastorno este último que sería compatible con lo relatado pero que "no tiene nada que ver con sus antecedentes".

En este punto, las expertas han indicado que la joven al principio "quería borrar" lo ocurrido pero meses después estaba "peor" y presentaba un "cuadro depresivo".

Las muestras y análisis de diferentes sustancias dieron como resultado que los restos de semen en el cuerpo, ropa de la víctima y de la cama del piso donde tuvo lugar la violación denunciada eran coincidentes con los perfiles genéticos de algunos de los encausados, y a los que ella identificó en diferentes ruedas de reconocimiento.

En este sentido, los policías que intervinieron tras la denuncia han explicado que la joven reconoció a los procesados por medio de perfiles suyos de redes sociales (Instagram) o fotografías. También han admitido que hubo "confusión" y "dudas" durante este proceso, que fue "difícil", hasta el punto de que señaló a otros pero no se pudo determinar su participación en los hechos.

De los que se han sentado en el banquillo, los agentes han dicho que uno apenas ha colaborado en las pesquisas o que otro -de nacionalidad sudamericana- manifestó espontáneamente al ser arrestado que había mantenido relaciones sexuales y en compañía de otros hombres -africanos-, matizando que fueron "consentidas por ella".

Los efectivos se han referido también a la geolocalización de los teléfonos móviles de denunciante y denunciados y que se sitúan todos en el entorno del 'after' donde se encontraron la mañana de los hechos y en la vivienda en la que tuvieron lugar. La policía encargada de la entrada y registro ha corroborado que el dormitorio era de "reducidas dimensiones".