jueves. 09.05.2024
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Miguelo, entre música, poemas, artesanía y las montañas de Bejes

Natural de Bilbao, aunque afincado desde su infancia en Cillorigo de Liébana, Miguel Ángel Sánchez es un hombre polifacético, miembro de varios grupos musicales y autor del libro ‘En Bejes, Dibujos y Poemas’

Miguelo con Mario San Miguel y El Ejército del Amor.
Miguelo con Mario San Miguel y El Ejército del Amor.
Miguelo, entre música, poemas, artesanía y las montañas de Bejes

Entre el sonido de la música, escribir y recitar poesía, la artesanía y las montañas de Liébana, se encuentra un hombre polifacético que ha formado parte de varios grupos, vinculado a una banda en la actualidad y que además ha publicado el libro ‘En Bejes, Dibujos y Poemas’.

Miguel Ángel Sánchez, conocido como Miguelo, es un bilbaíno, afincado en este pueblo de Cillorigo de Liébana desde hace 20 años, que cuenta con una larga trayectoria en el mundo de la música, ha publicado un libro de poesía, fabrica instrumentos y dirige, junto a su pareja, un albergue en la localidad de Bejes.

Pero no siempre fue así. Tras cursar Bachillerato Unificado Polivalente, Miguel ha trabajado en la hostelería, en el mantenimiento de máquinas de fotomatón, aprendiz de mecánico, oficio que aún conserva como aficionado para restaurar viejas motos y bicicletas, así como su paso por el sector de la construcción, entre hormigoneras, encofradores y excavadoras.

Y su recorrido no acaba aquí. A sus 52 años ha conocido unas cuantas profesiones más, como plantador de frutales en una finca o encargado del mantenimiento de una discoteca reparando todo lo que rompían los discotequeros. Su formación siempre ha sido autodidacta, con una clara mentalidad de aprender de los maestros en cada oficio. “Fijándome, obedeciendo y al final haciendo”, señala.

Sus inicios en el mundo de la música se remontan a 1986-87, cuando comienza a tocar con Phil Grijuela, Iván Velasco y Rafa Martín en una formación rock-heavy que se llamaba ‘Fallen Ángel’.

Después, estuvo muchos años con ‘S.O.S’ y más tarde con ‘Mario San  Miguel y El Ejército del Amor’. Formó parte como bajista del proyecto de Laurent Barbry ‘Les enfants de la Boheme’ y estuvo con ‘Mabel Sierra y la Soul Band’ y con Helia Serrano y sus ‘RED M.D’. Tampoco se olvida del grupo ‘Arde La Calle’ que sirvió para crear el espectáculo ‘El mundo en 80´S’, una revisión a la movida madrileña, donde Alberto Sebastián actuaba como narrador de la evolución de aquella época, mientras los músicos ponían la banda sonora. Todo acompañado de un libreto de ese espectáculo, obra de Miguelo y que le supuso cambiar su concepción sobre los conciertos.

En la actualidad, es miembro de Green River, un tributo a Creedence Clearwater Revival, surgido en Santoña y que recientemente han tocado su directo en Bilbao y Vitoria.

Heavy, rumba, pop, blues, entre otros, son los estilos de música que ha tocado Miguel Ángel Sánchez, aunque considera que su disciplina siempre ha sido el rock. De ahí que sienta fascinación por grupos como ‘Deep Purple, ‘Boston’, ‘Iron Maiden’. ‘Ramones’,  o los inspiradores ‘The Clash’ y ‘The Police’, sin dejar de lado a ‘Jimi Hendrix’ o ‘Metallica’.

Entre sus gustos, también se encuentran grupos españoles como ‘Barón Rojo’, pero ‘Rosendo’ o ‘Miguel Ríos’ tienen un sitio especial en sus preferencias.

Miguelo en un recital de poesía.
Miguelo en un recital de poesía.

Después están los que me enseñan, asegura Miguelo, aunque no sean de su estilo favorito y ahí el abanico se abre desde ‘Red Hot Chilli Peppers’ hasta ‘Rubén Blades’, ‘Richard Bona’ o ‘Michael Jackson’.

Aunque le gusta la guitarra española, siempre he tocado el bajo y actualmente tiene un Fender Jazz Bass de 1987 que suena genial, fácil para todos los técnicos del mundo y ofrece un sonido familiar para todos los oídos, desvela cuando habla de sus instrumentos musicales.

Pero, en su faceta artesanal, Miguelo destaca el Fretless, sin trastes, que se fabricó. “Cuando toqué en ‘Les Enfants de la Boheme’ con un bajo destrastado y en ‘Taxus Baccata’ con un Fender Precission Fretless de 1977 que era una pasada, me enamoré de ese orgánico glissando sonoro, similar al  contrabajo, que si practico”, rememora.

Incluso, recuerda que se construyó un contrabajo eléctrico con el diapasón de tejo que, en su opinión, funciona perfecto. “Mi recuerdo más especial es para un Vigier Passion IV que aún conservo y que me acompañó casi 20 años por todo el mundo, desde el pub del barrio hasta los teatros de Sudamérica”, comenta cuando se le pregunta sobre los instrumentos que ha fabricado y tocado.

Publicación

De forma paralela, surgió su faceta de escribir, que como Miguelo dice que “ni me tengo por un escritor, ni tengo formación ni cultura para serlo, pero resulta que escribo solo para mí y acaso se lo enseño a mis amistades más cercanas. Es como diría el pintor y grabador japonés Hokusai, hay una fuerza en mi interior que me obliga a ello”, reseña.

De hecho, nunca pensó en publicar, una idea que cambió a raíz de participar en la cuarta edición del Concurso de Relato Corto de la Sociedad Cántabra de Escritores, donde, entre más de 400 relatos enviados desde todas las partes del mundo, recibió el tercer premio, algo inesperado desde su punto de vista.

El relato se publicó y a su juicio, “gusto bastante”, de tal forma que los organizadores animaron a Miguelo a seguir escribiendo y por qué no, mostrarlo también al público. Así que, como un reto ilusionante, decidió auto publicarme un libro en 2017 con los poemas y dibujos que escribió y creó diez años atrás. Fruto de ese trabajo y su creatividad, salió a la luz ‘En Bejes, Dibujos y Poemas”, una recopilación de todo lo que escribió entre junio de 2006 y enero de 2007.

La temática del libro versa sobre la naturaleza y la vida, el entorno en el que se mueve, el lugar donde vive, sus gentes, los viajes, los conciertos, reflexiones…una inspiración que le viene de muchos lugares, desde un paisaje, una situación o a una bobada que lee en Internet.

“Aunque tengo unas cuantas cosas más, cuentos, la primera parte de una novela y los apuntes para la segunda, guión para cómic, libretos para musicales, entre otros. Debido a que mi formación es exclusivamente autodidacta, decidí publicar los poemas al amparo de que las “licencias poéticas” disculparan mi falta de oficio”, declara.

Y como escritores favoritos, sin duda, se remonta a los españoles del Siglo de Oro, sobre todo Quevedo, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Miguel Hernández o Antonio Machado…Ah! y Gloria Fuertes, imprescindible en su opinión.

Me gustaría decir que aprendí mucho y me sigue emocionando el cántabro Julio Sanz Saiz, recientemente fallecido. Me unió el trato con él y con su familia años atrás y fue para mí muy inspirador”, revela.

‘En Bejes, Dibujos y Poemas’ es un libro que se puede adquirir hoy en día contactando con el autor, que tiempo atrás, en 2018, realizó una gira de presentación por diferentes punto de Cantabria, bajo el título ‘La Voz y la Palabra’ que incluía una carga teatral importante, atrezzo, luces, diferentes escenografías, invitados y música.

El concepto de un recital como un espectáculo seduce a Miguelo más que declamar sonetos o seguidillas, dado que al cuarto poema la atención se empieza a disipar salvo, que seas realmente un fuera de serie.

Y esta experiencia se completó con el recital ‘Poesía Inevitable’, donde salieron a la palestra Rosalía de Castro, Mario Benedetti, Marcos Ana, León Felipe, Lorca, Miguel Hernández, Rosendo, García Lapido y Gabriel Celaya.

En toda esta aventura de recitales espectáculo siempre ha estado escoltado por Iván Velasco, con diferentes disciplinas, carteles, grabaciones de estudio, técnico de sonido, y por supuesto como guitarrista, creando acompañamientos propios o cambiadas versiones musicales para sacar a cada poema su esencia sónica y elevarlo al máximo.

Para el 2022 habrá alguna sorpresa que aún no puede desvelar, pero… ¡hay proyecto!, adelanta Miguelo con la mirada y la mente puesta en el presente año.

De momento, hasta que empiecen los conciertos y compromisos artísticos, se encuentra retirado en las montañas, en el Albergue ‘La Aldea’. Inaugurado en el 2006, es el lugar donde trabaja con su pareja, recibiendo a montañeros, senderistas, amantes de la naturaleza, mientras organiza cursos y talleres relacionados con el paraje natural que les rodea: ornitología, botánica, escalada, espeleología y micología, entre otros.

Miguelo por las montañas de Bejes, en Cillorigo de Liébana.
Miguelo por las montañas de Bejes, en Cillorigo de Liébana.

Al final mi vida se mueve básicamente entre naturaleza y música. De una forma activa con todos los matices y flecos que eso conlleva, no solo como recibidor pasivo de alguien que da un paseo por un bosque o escucha un disco de Bruce Sprinsgteen. ¡Que también!!!”, señala en referencia a su vida y actividad.

A menudo está tan lleno su tiempo, que ni siquiera se plantea ser manager de sí mismo, considera que no sirve para esa dedicación, ni para “pasillear” buscando una subvención o un contrato. “Llevo a cabo mis pequeños proyectos y lo publicitó a través de las reducidas redes sociales que manejo para llegar hasta donde alcanzo y a fin de cuentas yo disfruto haciendo. Y si llega a 500 mejor que a 100. ¡Qué duda cabe! Pero no invierto energía en eso”, incide.

Y para finalizar, Miguel se despide y da las gracias por esta ventana que ha servido para revelar su rollo.