sábado. 20.04.2024
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CRÍTICA

Lang Lang se atreve con Bach pero se olvida de Bach

El pianista chino ofreció un concierto en el Festival Internacional de Santander

El pianista chino, Lang Lang.
El pianista chino, Lang Lang.
Lang Lang se atreve con Bach pero se olvida de Bach

FICHA

-Festival Internacional de Santander (FIS)
-Lang Lang 
-Obras: R. Shumann y J. S. Bach
-Lugar: Palacio de Festivales
-Fecha: Lunes 22 de agosto 

Hay artistas que por sus buenas condiciones musicales intentan abarcar todos los estilos que pueden y les dejan. Es el caso del pianista chino Lang Lang que, con gran apoyo mediático, lleva dos años intentando dejar su huella en el repertorio de Bach, con grabaciones en estudio y en directo. Ahora hemos podido escuchar en Santander “su” versión de las Variaciones ‘Golberg’ bachianas BWV 988, en una nueva cita del Festival Internacional de Santander este pasado lunes día 22.

Estamos hablando de un pianista poseedor de una gran técnica y evidente musicalidad, que utiliza el marketing para llenar auditorios sobre todo con un público joven no habitual, lo que tiene su mérito. El problema surge cuando intentas abarcar más de lo aconsejable y te adentras en terrenos escabrosos.

Interpretar al genio de Leipzig son palabras mayores. Es conocida la historia de sus Variaciones ‘Goldberg’, un capricho del conde Hermann von Keyserlingk que encargó a Bach una obra para que sonara en sus noches de insomnio, debían ser tocadas por el clavicordista Johann Gottlieb Goldberg y se completó en 1741.

Se compone del Aria inicial y sus 30 variaciones, que son todo un ejercicio para clave con dos teclados, y culmina de nuevo con el aria inicial en un final cíclico de gran belleza. Su dificultad es extrema y pocos intérpretes se atreven con ella, tanto en versión en piano como en clave.

Hay pocos referentes dignos en su interpretación, como Glenn Gould o András Schiff al piano, y Gustav Leonhardt o Ralf Kirkpatrick al clave. Otros grandes también lo han intentado como ahora hace Lang Lang, pero pocos dejan su huella como versiones de referencia.

El pianista chino ofrece una versión personalista, con múltiples variaciones en los tiempos. Ya el Aria inicial la marca con tempo lento, íntimo, pasando al virtuosismo rápido en la variación cinco con cruce de manos, demostrando gran precisión.  Más discutible fue su versión de la variación siete, que debería ser interpretada a tempo de giga, de danza, y aquí Lang Lang la tocó algo adulcorada, aunque con buen fraseo y juego de contrastes.

Es notoria su solidez técnica que le permite abordar las variaciones más complicadas con seguridad aunque en ocasiones el sonido fuera algo borroso y las notas no sonaran con la nitidez requerida, como le pasó en las variaciones 14, toccata con manos cruzadas, o en la 23. Cierto abuso del pedal derecho hizo que algunas notas finales se extendieran en exceso afeando el efecto.

Estuvo mejor en las variaciones en danza, más contenido, como en la variación 25 tocada en su formato de adagio. Bien resuelta la última variación ‘Quodlibet’ y su mezcla de melodías alemanas. El regreso al Aria inicial fue aún más lenta que al principio, dejando caer las notas finales en un alarde de intimidad.

Este formato tan íntimo ya lo dejó notar al inicio del concierto con su versión del ‘Arabesque’, opus 18 de Shumann, que le sirvió para calentar y pasó sin mayor interés.

No se puede negar el poder atrayente de Lang Lang, como se demuestra al conseguir llenos absolutos donde actúa (en Santander ha sido el único lleno de la Sala  Argenta en lo que llevamos de Festival). Viene de tocar junto a Barenboim en los festivales de Salzburgo, Lucerna y Berlín con variados programas, incluyendo a Manuel de Falla, y nos llega a Santander con su visión personal de Bach, aunque no quedará como referencia interpretativa.

El público le premió con grandes aplausos a lo que respondió con una adecuada versión del tercer movimiento ‘Clair de lune’ de la suite Bergamasque, de Debussy. Seguimos sin  entender esa costumbre de ofrecer “propinas” sobre todo después de escuchar una obra de la magnitud de las Variaciones bachianas. El marketing es así.