jueves. 25.04.2024
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CRÍTICA

Los aires románticos de Renaud Capuçon y la Orquesta de Cámara de Lausanne

El violinista francés actuó como director en este concierto en el Festival Internacional de Santander que acogió la Sala Argenta con poco más de medio aforo ocupado

Orquesta de Cámara de Lausanne.
Orquesta de Cámara de Lausanne.
Los aires románticos de Renaud Capuçon y la Orquesta de Cámara de Lausanne

FICHA

-Festival Internacional de Santander

-Orchestre de Chambre de Lausanne. Renaud Capuçon, violín solista y dirección

-Obras de: Prokofiev, Ravel, Fauré y Berlioz

-Escenario: Palacio de Festivales de Cantabria

-Fecha: Jueves, 25 de agosto

 

Es verano y un poco de romanticismo no viene mal, pero cuidado con la subida de azúcar.  Siempre es bueno poder escuchar obras que no suelen ser habituales, de ahí el interés por el programa  que nos ofreció la Orquesta de Cámara de Lausanne con el gran violinista francés Renaud Capuçon como director, este pasado jueves día 25 en el Festival Internacional de Santander.

El día anterior ya estuvieron en el mismo escenario con un programa dedicado por entero a Félix Mendelssohn, y el programa del jueves habría sido una gran oportunidad para facilitar la asistencia de un público joven no habitual que, seguro, habrían disfrutado, y así evitar otra vez la imagen de la Sala Argenta ocupada con poco más de la mitad de su aforo. De nuevo, necesaria reflexión.

Renaud Capuçon, de reconocido prestigio como violinista y, desde el pasado año, director artístico de la orquesta de Lausanne, ha estado en Santander en su doble faceta de director y de violín solista, lo que siempre implica mayor atención a los detalles.

Se empezó con la Sinfonía n°1 opus 25 de S. Prokofiev, estrenada en 1918, llamada 'Clásica' por su formato en sus cuatro movimientos, que Capuçon llevó con su energía y gesticulación habitual, tal vez excesiva. La orquesta tiene un sonido espléndido, en especial toda la sección de cuerdas, y no necesita de mayores impulsos para demostrar su gran calidad. Sonó hermoso el tercer movimiento, 'Gavotta', el más conocido de la sinfonía y que años después Prokofiev usaría para su ballet 'Romeo y Julieta'.

A continuación dos breves obras que requieren violín solista y ahí es donde Capuçon se pudo lucir. Con buen criterio se cambió el orden del programa, primero fue la romántica 'Rêverie et capriche' (Fantasía y capricho) de Berlioz, estrenada en 1840 y basada en una aria de su ópera 'Benvenuto Cellini' que no llegó a incluir. Capuçon ofreció una versión muy sentida con su violín 'Panette' de 1737, con gran lirismo y musicalidad en diálogo con las cuerdas de la orquesta.

Y el plato fuerte para lucimiento, 'Tzigane' (Gitano) de M. Ravel, todo un ejercicio de virtuosismo que requiere de una gran técnica y seguridad para el violinista. Aquí Capuçon dio verdaderas muestras de su talento desde el inicio de la obra, sin la orquesta, con los sonidos propios de las rapsodias y danzas húngaras. El acompañamiento inicial del arpa -estupenda su intérprete-, daba mayor realce a los arpegios en pizzicato de la mano izquierda y los armónicos naturales que dan gran vistosidad a la pieza. Al finalizar se nos regaló una hermosa versión de la 'Meditación' de la ópera 'Thais' de Massenet, solo para violín y arpa, sin el acompañamiento orquestal.

Ya en la segunda parte, dos obras solo para orquesta. La suite 'Pelleas et Mélisande', opus 80 de G. Fauré, música incidental compuesta en 1898 para el estreno en Londres de la obra de teatro homónima de Maeterlinck, que Capuçon llevó, de nuevo, con demasiada energía aunque la orquesta respondía con el temple ajustado.

Y, por último, de nuevo con Ravel y su suite 'Ma mère l’oye' (Mamá Oca), estrenada en su versión orquestal en 1911. Son cinco piezas basadas en los cuentos infantiles de “La bella durmiente”, 'Pulgarcito', 'La bella y la bestia', 'Niñita fea' y 'El jardín encantado'. Melodías líricas, con predominio de las cuerdas y la percusión ya en la última parte, donde la orquesta volvió a demostrar su sonido compacto, afinación y amplia capacidad de contrastes.

Los dos conciertos de los días 24 y 25 fueron retransmitidos en directo por Radio Clásica de Radio nacional de España (RNE).