jueves. 18.04.2024
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MITOLOGÍA DE CANTABRIA

Trenti, el duende bromista del bosque

Es un duende pequeño, de rostro oscuro casi negro, ojos verdes o marrones claros pero de mirada limpia, y el cabello de color más rojizo

Ilustración del Trenti. Pilar G
Ilustración del Trenti. Mª Pilar G. Pantaleón
Trenti, el duende bromista del bosque

En uno de mis viajes de fin de semana a tierras asturianas, visité uno de los parajes más bonitos que hay en la tierra vecina, como es Covadonga. Paseando junto a uno de muchos puestos de recuerdos, llenos de imanes para la cocina, tazas, réplicas de la virgen entre otros, encontré unas esculturas de bajo relieve de seres mitológicos más típicos de Asturias: la Xana, el Nubero, el Cuélebre, Busgosu, y como no, el Trasgo.

Entonces aproveché mi estancia allí, para hacerme con un libro de mitología asturiana, ya que me podría servir de información para próximos proyectos. Ojeando dicho libro, me interesé por los duendecillos que habitan las tierras astures, en busca de información similar que me pudiera servir como inspiración.

Aparte del famoso Trasgo, existe otro duende o más exactamente, un diablillo llamado el Diañu Burllón, un duende que hace sus travesuras más maliciosas en las cuadras o en el bosque, a diferencia del trasgo que las hace en ámbito doméstico.

Otro duende de carácter travieso es el Home del Cuchu, un duende que vive en los pozos de las huertas y se dedica a tirar boñiga por la noche a los campesinos, volviendo sin ser visto tras una enorme risotada.

Volviendo a nuestra mitología busqué duendes similares. Nosotros los diferenciamos al igual que ellos, entre duendes hogareños como puede ser el Trastolillo, que puede ser el equivalente al Trasgo, o duendes del bosque, como puede ser el Tentirujo y el Trenti, un duende silvestre con doble cara.

De estos últimos, me gustaría detenerme y contaros un poco de ellos. Ambos son muy similares, la diferencia es que mientras el Trenti, no es un duende malvado, y el Tentirujo tiene mucha malicia concentrada.

El Tentirujo se dedica a pervertir a las mozas. Siempre se encuentra escondido en los caminos esperando a que una moza joven pase por allí. Lleva en su mano una raíz de mandrágora, que le sirve para tentar a dichas jóvenes sin que ellas se den cuenta de su presencia. Así que muchas veces, jóvenes de carácter serio y apocado, cambian a un carácter más alegre y desvergonzado, entonces se dice que ha sido por culpa del Tentirujo que les ha rondado.

El Trenti es un duende pequeño, de rostro oscuro casi negro, ojos verdes o marrones claros pero de mirada limpia, y el cabello de color más rojizo. Va vestido con una túnica hecha de hojas de castaño, musgo y raíces, que le sirve para camuflarse en el bosque y no ser visto. Usa hebillas de plata y zapatones de piel del mismo color que el musgo.

De carácter picaruelo y bribón, al Trenti le gusta gastar bromas a todo aquel que pase por las laderas del monte, o los caminos pedregosos. Al igual que Tentirujo le gusta tirar de las sayas de las mozas, pero simplemente para vacilarlas y asustarlas.

Si una moza sale rebelde y mal intencionada se suele decir: a esa no le asusta ni el mismo Trenti. También contaban que las muchachas solteronas iban por los senderos del monte, para ver si el Trenti les pellizcaba las pantorrillas, pero él conocía sus intenciones, y no se acercaba a ellas.

Suele comer pan hojas de maíz, las endrinas, la miel y muchos cereales, no bebe nunca agua porque es veneno para él y lo sustituye con la leche de vaca o de cabra.

Es muy bromista y le encanta imitar los pasos y ruido de los animales para asustar a las mozas. Les encanta vacilar a quien se queda dormido en el campo, rascándole la nariz o la oreja con una ramita o una pluma.

A los niños los tiene mucho cariño, y aunque les hace muchas trastadas, suele jugar mucho con ellos, cuidándolos para que ningún ser maligno se les acerque. Suele ayudar a los seres humanos sin que ellos lo sepan, siempre le gusta agradar a la gente porque a pesar de ser revoltoso y picarón, tiene buen corazón, y está allí si alguien le necesita.

No le gustan los perros, especialmente los perros loberos pues les descubre muy fácilmente por su olfato.

Por tanto la mala fama que tiene, es más como un método disuasorio para que el ser humano no se acerque mucho a ellos y le dejen vivir en paz, pero en el fondo son seres benignos para todo aquel que visite sus tierras.