martes. 23.04.2024
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MITOLOGÍA

Los Seres Bondadosos de la Navidad

En Navidad, y sobre todo en el norte de España, hay otros personajes mágicos más allá de Papá Noel y Reyes Magos de Oriente

Ilustración de los Seres Bondadosos de la Navidad.
Ilustración de los Seres Bondadosos de la Navidad. Mª Pilar G. Pantaleón
Los Seres Bondadosos de la Navidad

Comienza las fechas donde las calles se llenan de luz y color, reina en teoría La Paz y presumimos de amor a nuestros semejantes, debido a que hace más de 2.000 mil años nació en un pueblecito de Jerusalén, llamado Belén, un niño que se iba a convertir en el Mesías, según la tradición Cristiana, y desde entonces celebramos tal nacimiento por todo el mundo.

Realmente son unas fechas amadas por unos, y odiadas por otros, pero sin dudas los que más disfrutan son nuestros pequeños.

A principios de diciembre, aunque los últimos años parece que damos la bienvenida a la Navidad cuando depositamos nuestra capa de bruja y demonio, allá el día 1 de noviembre, es cuando comienza los preparativos de estas fechas, y desde esa época tenemos a nuestros pequeños monstruos dando la tabarra con los árboles de Navidad, villancicos, funciones navideñas, juguetes y películas navideñas; las odiadas películas de Navidad.

Estas parecen que están escritas por los mismos guionistas de las películas de las tardes, pero con la diferencia, que en vez de niñeras con doble personalidad que intenta ligarse al padre, para luego matar a toda la familia y quedarse con todo el dinero, son personas exitosas y repelentes, que vuelven a su pueblo del medio oeste americano, rural y poco glamuroso, donde conocen a un viudo o viuda con niños, y descubren gracias al espíritu navideño, las maravillosas ventajas de vivir en un pueblo sencillo y humilde, convirtiéndose en madre o padre putativo de una manada de encantadores niños, y enamorándose de su buenorro padre/madre, con el cual suele caerle muy mal al principio, teniendo muchas papeletas que sea un ex.

Este año, como no, me he tragado unas cuantas de ellas, pero también una que su argumento era una guerra entre los Reyes Magos y Papá Noel. Por supuesto, como defensora de los Magos, sobre todo del pobre Gaspar, me la puse a ver, para pasar un buen rato en compañía de mi primogénita.

No voy hacer una crítica exhaustiva de la película, pero sí algo que me llamó la atención, es que por fin, nombraban otros personajes inspirados en la mitología más allá de estos cuatro archiconocidos.

La bruja Befana de Italia; Dez Moror y la Doncella de Nieve de Rusia, Ucrania y Polonia; Tomte de Noruega, Suecia y Finlandia; Christkind de Alemania, Austria y varias zonas de América, y el temido Krampus… y lo que más me gustó, por fin dieron rostro a los pocos personajes que tenemos en España, entre ellos nuestro Esteru, personaje que hablé el año pasado por estas fechas.

Así que me dije, por qué no dedicarles unas cuantas palabras, y que la gente conozca un poco más de ellos, y que sepan que hay otros personajes mágicos más allá de Papá Noel y Reyes Magos. Vamos a ello.

El Apalpador gallego y Tientapanzas de Écija

Sin duda, el norte de España es donde se concentran todos los seres mitológicos navideños, exceptuando uno en el sur, que sin duda pudo ser traído desde tierras gallegas por gente que tuvo que migrar a Écija en busca de trabajo.

El Apalpador en Galicia, y el Tientapanzas de Écija, es un hombre mayor barbudo y gigantón, de pelo rojizo, vestido de ropa de campo, muy estropeada y remendada, que fuma una gran pipa. Lleva consigo un saco de castañas al hombro.

Baja todos los días 24 de diciembre, y es recibido con música y canciones por todos los lugareños, tanto niños como adultos. A los peques les toca la tripita, para saber si han comido y no están desnutridos, para darles unas castañas y así alimentarles.

Con el tiempo, esas castañas se convirtieron en regalos, traídos por él en estas fechas. Los niños a cambio le cantaban una canción dedicada a este gentil montañero:

Vaite logo,meu meniña Vete corriendo mi niñito

marcha agora para a camiña vete ahora a la camita

Que vai vir o Apalpador que va venir el Apalpador

a apalparche a barriguiña a palparte la barriguita.

Xa chegou o día grande Ya llegó el día grande,

día do noso Señor. el día de nuestro Señor.

Xa chegou o día grande Ya llegó el gran día,

O virá o Apalpador. y vendrá el Apalpador

Mañá é día de cachela, Mañana es día de Cachela

que haberá gran nevarada habrá una gran nevada

e hábil o Apalpador y vendrá el Apalpador

cúmha meta de Castanhas con un cesto de castañas.

Por aquela cemba Por aquel talud

xaven relumbrando ya tiene alumbrado

O senhor Apalpador el señor Apalpador

para dar-vos o aguinaldo. para daros aguinaldo.

El Anguleru asturiano

Este personaje se encuentra todo el año en el Mar de Sagarzos, cuidando el medio marino, y pescando angulas, pero en víspera de Navidad vuelve a la costa asturiana a traer regalos.

Es un pescador que va vestido con el chubasquero y pantalones de agua de color amarillo, lleva unas botas oscuras y un gorro de lana azul. Su pelo y su larga barba es de color de roble.

En cada lugar asturiano va recogiendo aperos y herramientas que le servirán para trabajar entregando regalos a los más pequeños en Nochebuena:

En Laviana recoge la barcaza, en Oviedo la música que le hace el viaje más ameno, en Mieres atrapa el fuego mágico de la Navidad, en Avilés El Nataliegu y en Gijón las cartas de los niños asturianos.

Como es mucho trabajo tiene ayudantes en cada lugar, son los llamados Maestros Llendores: el farolero de Candás, los ruleros Xesús y Lolina de Avilés, trabajadores de la lonja de pescado llamada rula; los ocleros de Villaviciosa, persona que recoge un alga llamada ocle, o los tritones de Infiesto.

En la tarde de Nochebuena se convierte en un ser mágico gracias al tronco llamado El Nataliegu, un tronco de roble que en su fuego contiene la magia de la Navidad. Para prender ese fuego necesita los carbones que los mierenses rescatan de la noche de San Juan, y con ese fuego enciende el Nataliegu para convertirse en el Angeleru mágico y sus ayudantes también, dándoles poder, así como haciendo a su barca voladora o las cañas de los leñadores en herramientas fantásticas para subir a los edificios más altos.

Ese día, los peques que llevan el Ramu de Nadal, que es un árbol típico compuesto de tejo, abeto o Carrasco, ya del que cuelgan Ros quillas, frutas para que el Anguleru coja fuerzas para sobrellevar la noche de la ilusión.

Olentzero y Mari Domingi

En tierras del País Vasco, el Pirineo francés y Navarra les visita, quizá el más conocido ser mágico de la península, el Olentzero.

Es un carbonero, bonachón, bebedor y muy amable que recibió la noticia del nacimiento de Cristo (Kixmi) mientras trabajaba en las montañas, bajo a los diferentes pueblos a llevar la noticia, y a su vez entregar carbón a las personas que ese año apenas tenían fuego para calentarse esos días de frío invernal.

Con el tiempo, sustituyó el carbón por regalos a los más infantes, y es recibido con mucha alegría allá por donde va.

Pero no siempre fue así, ya que en el siglo XVIII, el significado era totalmente diferente al de ahora, ya que el Olentzero causaba terror, era un monstruo de mil ojos, que bajaba por las chimeneas y cortaba el cuello a los niños o adultos, que no mantenían la chimenea limpia o no cumplían el ayuno cristiano.

Pero por suerte, esto no continuó debido al pavor que producía los carboneros a los niños, y empezaron a dulcificar esa imagen, convirtiéndole con el paso del tiempo en el Olentzero que todos conocemos.

En un principio el Olentzero era un tronco de Navidad que quemaban para despedir el viejo sol y dar la bienvenida al nuevo, es decir un rito pagano del solsticio de invierno.

Con el tiempo, fue personificado y empezaron hacer un muñeco de lana y ropa vieja. Una vez hecho el monigote, iban de casa en casa los zagales pidiendo el aguinaldo. A media noche, quemaban el muñeco en la plaza del pueblo.

Ya en el siglo XX, apareció el ser mágico que conocemos, un ser orondo, ataviado con una blusa, chaleco, el férrico y unas abarcas, con una chápela negra y una pipa. Aunque, hace poco dejó de fumar porque quería dar ejemplo a toda la gente y quitar ese mal hábito.

Hace unos cuantos años junto a él, baja de las montañas, su mujer Mari Domingui, una pastora y agricultora conocedora del sol y las fases de la luna, así como el uso de las diferentes plantas medicinales. Ella viste con un bonito tocado medieval vascuence, falda y delantal.

Junto a ellos van los Galtzagorris, que son los duendes ayudantes del Olentzero, que visten cuellos altos, chalecos ceñidos y hombreras. Son muy parecidos a los trasgos asturianos.

Todos ellos salen el día 24 de diciembre a dejar los regalos, sobre todo los artesanales a todos los que anteriormente les han escrito por carta.

Son recibidos por todos los habitantes al unísono de una canción:

Olentzero joan zaigu Olentzero se ha ido

mendira lanera a la montaña para trabajar

intentzioarekin con intención

ikatz egitera. de hacer carbón.

Aditu duanian Se escuchan las noticias

Jesus jaio dala de que Jesús nació

lasterka etorri da corre a avisar a todos

berri ematera. vamos a festejar.

Horra, Horra, Mirad, mirad,

gure Olentzero es nuestro Olentzero

pipa hortzian duela con la pipa entre los dientes

eserita dago. esta sentado.

Kapoiak ere baitu También tiene capones

arrautzatxuekin con huevos revueltos

bihar meriendatzeko para un bocadillo mañana

botila arduakin. con una botella de vino.

Olentzero buru handia Olentzero cabeza grande

entendimentuz jantzia lleno de inteligencia

bart arratsean está tarde

edan homen du se ha bebido

hamar arruko zahagia. una bota de diez arrobas.

Bai urde tripaundia Que cerdo barrigón

trala larala trala larala trala larala trala larala

bai urde tripaundia que cerdo barrigón

trala larala trala lara. trala larala trala larala.

El Tió de Nadal

En las tierras de Aragón, y especialmente de Cataluña proviene otro ser mágico, el tronco de Navidad llamado Tió de Nadal.

Al inicio del adviento, en las casas aragonesas y catalanas se coloca el tronco al que se le da todas las noches comida, y lo tapan con una manta para que no pase frío.

Al llegar la Nochebuena, los niños lo golpean con bastones mientras cantan en todas las habitaciones de la casa:

Caga tió Caga Tió

avellanes i torrons al avellanas y turrones

no caguis arengades no cagues arenques

que són massa salades que son muy salados

caga torrons que són més bons caga turrones que son más ricos.

Caga tió Caga Tió

avellanes i torrons avellanas y turrones

si no vols cagar si no quieres cagar

et donaré un cop de bastó, te daré un bastonazo

ben fort, ben fort… buen fuerte, bien fuerte

Una vez concluido el rito, el Tió caga regalos y dulces debajo de su manta. Antiguamente, como hemos visto en otros lugares con otros mitos, el tronco de Navidad se quemaba tras terminar las fiestas, pero al igual que los personajes que hemos visto a lo largo de este relato, el tronco catalán se le fue personalizando, y empezaron a ponerle la típica barretina, un gorro rojo y negro, así como unos ojos y una boca sonriente, dando lugar al Tió que todos conocemos.

Por lo tanto, todos los personajes que hemos tratado, tienen un factor común, aparte de los ritos relacionados con el fuego y el solsticio de invierno, que es hacer feliz a los más pequeños de cada casa.

¡Feliz Navidad!

Pd: os recomiendo leer la historia del Esteru, que escribí el año pasado por estas fechas.