jueves. 28.03.2024
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CRÍTICA

Emotivo concierto a Teresa Berganza en Santander

La mezzosoprano argentina Bernarda Fink fue la encargada de homenajear a la cantante madrileña

Concierto homenaje en el Palacio de Festivales.
Concierto homenaje en el Palacio de Festivales.
Emotivo concierto a Teresa Berganza en Santander

Continúa la intensa actividad diaria de conciertos dentro del Encuentro de Música y Academia de Santander, y era obligado dedicar una sesión a la añorada Teresa Berganza que  tantos gratos recuerdos dejó en esta tierra, además de la relación personal que tenía con Paloma O’Shea, presidenta de la Fundación Albéniz y organizadora de este Encuentro musical.

El concierto tuvo lugar el pasado miércoles, día 13 de julio, en el Palacio de Festivales y fue la gran mezzosoprano argentina Bernarda Fink la encargada de homenajear a la cantante madrileña.

Fink es una de las grandes voces en el repertorio barroco, Mozart, Haydn, Gluck, una especialista en los lieder alemanes de Shubert o Brams, y llama la atención su acercamiento al repertorio español de Falla o Montsalvatge, de la que Berganza era una auténtica referencia.

Mantiene Bernarda Fink un timbre aterciopelado de mezzo lírica, con un gusto exquisito a la hora de frasear y vocalizar, gracias a una técnica que le facilita los filados y las medias voces con una gran musicalidad. De Falla cantó dos de las ‘Siete canciones populares españolas’, siendo la ‘Nana’ una auténtica delicia escucharla cantada a media voz y gran sentido musical. El mismo gusto que demostró en ‘Canción de cuna para dormir a un negrito’ de Montsalvatge.

Dos autores argentinos, Carlos Guastavino y Astor Piazzolla, fueron interpretados con estilo, entonación y fraseo propios de su nacionalidad. Cálidos aplausos y ovaciones para una cantante que demostró seguir siendo una gran artista y de elegante porte escénico.

Velada

La velada se había iniciado, como en todos estos conciertos, con la interpretación de varios jóvenes músicos participantes en este Encuentro seleccionados por toda Europa. La Serenata n° 11, K375 de Mozart abrió la sesión con los ocho músicos requeridos: dos oboes (añadidos por Mozart después del estreno en 1781), dos clarinetes, dos fagots y dos trompas. Buena ejecución y coordinación trabajada.

Destacó la Sonata n° 2 opus 100 de Brahms, para piano y violín Meistersinger, a cargo del violinista alemán Christoph Poppen y el joven pianista húngaro, de tan solo 18 años, Valentin Magyar que demostró una seguridad y aplomo que le convirtió en el verdadero protagonista desde las primeras notas que, en realidad, era lo que pretendía Brahms cuando escribió la sonata.

Dos autores rusos completaron el concierto, Dmitri Shostakovich, con dos piezas de su opus 11, y Nicolai Tcherepnin, con cuatro de sus ‘Seis Cuartetos’ para trompas. Todos en buena coordinación y ejecución brillante.

Los conciertos que se celebran en el Palacio de Festivales están bien publicitados lo que permite una amplia asistencia de público y se facilita programa de mano en buena edición de papel, con el repertorio detallado y una breve nota biográfica de sus principales intérpretes. Así debe ser.

Una emotiva velada donde el recuerdo de la gran Teresa Berganza sobrevoló la Sala Argenta, en un más que merecido homenaje.