Ley Trans

De verdad que no salgo de mi línea editorial por todo lo que veo en el país y estoy segura de que si me analiza un psiquiatra y ve mi obsesión por el Ministerio de Igualdad se va a dar cuenta de que tengo un trastorno de la personalidad en donde queda encubierto mi debilidad por Irene Montero y en el fondo estoy deseando ser su pareja para los restos.

Esta mujer está ocupando mucho tiempo en mi vida y me estoy preocupando, así de claro lo digo. Que tiemble Freud que conmigo se va a esclarecer una patología nueva en cuando a enfermedad mental se refiere y a pocos les va a extrañar, sobre todo si me conocen.

¿Pues no va ahora la santa barona y decide que hay que sacar la Ley Trans con más rapidez que la reproducción de un conejo al año porque el tiempo se le echa encima y es mejor hacerlo con celeridad que con pies juntillas?.

He perdido el juicio y, lo que es peor, estoy perdiendo mi propia identidad porque siempre he sido defensora de la Ley LGTBI, la Trans y los derechos de todos los desfavorecidos, pero con esta mujer al frente me he dado cuenta de que soy más radical que los de Vox en un mitin expresss en un burdel de Badalona, echando agua bendita a los clientes porque el preservativo les da alergia y está prohibido por su religión. Si esta señora ha conseguido eso conmigo, siendo yo más roja que Anguita en sus años de militancia, por favor, fíchenla en Endesa porque es capaz de abaratar la luz alegando que pedaleando en casa con una bicicleta estática cada uno puede generar suficiente energía para pasar el mes.

¡Pues claro que quiero esa Ley Trans!. Si es un puñetero chollo y no os habéis dado cuenta aún, mira si sois cortos de miras.

Fíjate si es un lujo de Ley que cada año podrás decidir lo que quieres ser sin pasar por un médico y sabiendo que solo con ir al registro civil pasas de ser Juan a Juana en cero coma tres y sin apretar el acelerador para ver si te estrellas contra el muro de Berlín, que se ha vuelto a construir, por gracia de Dios y como si fuera un milagro obrado por el mismo, para que no se contagien con la estupidez de nuestro país.

¿Tú sabes el chollo que tenemos para cambiar de género y saber que si el año que viene te conviertes en mujer, declaras estar maltratada y así recibes una ayuda estatal estás salvada de pagar las facturas cuando llevas en el paro como Manuel Fernández y no te llevas un chavo por ser hombre?.

Voy más allá. Esto es una maravilla porque mi hijo se está preparando la oposición a policía y las pruebas físicas no son iguales para hombres y mujeres, por lo que le voy a aconsejar que se cambie de género, las apruebe y después ya desharemos el género cuando entre para sacar otros beneficios como hombre, que dentro del cuerpo quizás estén mejor valorados.

Pero sigo, porque mi primo Luís es nadador, quiere competir con género femenino y sacar la mejor puntuación, vestirse en el vestuario con ellas mientras se excita como no sabemos qué, por lo que ha decidido cambiarse y ya, si eso, cuando deje la competición se cambia de Luisa a Luis y aquí no ha pasado nada.

Si es que de verdad que cuando esta mujer piensa es para darle el premio a la bombilla del año por tener menos luces y consumir menos kilowatios horas para no hacer perder dinero en el congreso de los diputados.

Es tan sublime lo que está haciendo que estoy perdiendo mi propia identidad y ya no sé lo que quiero ser, sin un hombre, un pez, un armario o una mesilla de noche. Cuidado que todo vale y dentro de poco podrás ser la cómoda de Luis XVI y comer con la monarquía y burocracia entera en Francia porque te lo has ganado por campeón del año y yo no me pierdo el rodaballo a la gallega porque es la esquisitez del Palacio Real.

Y esto no termina aquí porque por esa línea argumental tendrá que cambiar el Código Civil, no llamar madres sino gestantes y un largo etcétera que incluirá  al lenguaje, a la comunidad de vecinos,  que pasará a llamarse “Aquí no hay quien viva” a la administración de lotería de Olot por ser la que más vende y hasta a mi padre porque dejará su profesión para convertirse en sillón.

Y digo yo, ¿aquí los objetores de conciencia que no quieran cambiar el género a dónde los llevamos?. Porque tendrán una cárcel especial por ser los que oprimen al ser humano por no convertirlos en pan y peces como Jesucristo en la Biblia, ¿no?

Ironías aparte, señores, pongámonos serios que esto es un disparate. Que no puede usted permitir que alguien cambie de género porque hoy se ha inspirado y mira tú por dónde le apetece ser otro porque le gusta experimentar y saber qué se siente.

Estoy absolutamente a favor de la Ley Trans, pero con fundamento, como Arguiñano, con un chup chup, a fuego lento que las prisas no son buenas y después se pega el guiso y eso sabe a quemado aunque le eches azúcar para frenar el sabor dañado.

Quiero que todo el mundo sea libre y que cambie su identidad, pero con unas normas, con un procedimiento, con un protocolo y no porque hoy me he despertado inspirada y quiero ser un boletus del campo.

¿No se dan cuenta de que con esta Ley la gente hará lo que les dé la gana y que sus hijos un año serán Pepe, otro Pepa y así hasta que ya no los conozcan y los echen de casa porque les va a parecer que ese señor o señora es un desconocido y quiere robar en el hogar, mientras este alega ser su hijo y usted le despacha diciendo que no atiende a testigos de Gehová ?.

Así no estáis ayudando a los Trans, señores míos, lo que estáis haciendo es que muchos tarados con más taras que un juguete de un chino convierta esta Ley, que es necesaria y de obligado cumplimiento, en un hazmereír de estado.

Fijaros si sois cortos de vista que como salga el PP en las próximas elecciones ya ha avisado que la derogará. ¡Sí señor, bravo por la Montere y sus prisas!.

¿No sería mejor hacer las cosas en condiciones, parar a pensar lo que es un disparate y dejarlo bien atado para que la gente pueda disfrutar su libertad como de verdad merece?.

Conforme esta señora lo está mostrando lo único que va a conseguir es el efecto contrario. Hasta Sánchez está tardando en  firmarla porque ve que algo no le cuadra. A eso ha llegado, a que estas personas y el colectivo sigan sufriendo porque las cosas fallan de base y sean los grandes perjudicados por estos señores que juegan con nosotros como si fuéramos entes abstractos.

Yo de verdad que ya no sé cómo catalogar a esta mujer, porque les garantizo que de boba tiene muy poquito y la estáis subestimando en exceso. Es más lista de lo que imagináis, tanto, que deberían estudiarla en el despacho de al lado donde me están haciendo el examen psicológico a mí porque estoy perdiendo el norte y no tardando.

Veréis como coincidamos en la sala de espera. Nuestras conversaciones van a ser de lujo, os lo aseguro.

Bueno, voy a decidir qué persona quiero ser el año que viene, como en la película Amanece que no es poco, de José Luís Cuerda, donde cada uno elegía qué quería ser el año siguiente en la localidad: prostituta, policía, alcalde...

¡Ostras, qué bueno!, a ver si le voy a dar las gracias a la Montero y esto lo podemos hacer en Guriezo!. Me pido ser la dueña del burdel que no tenemos. Verás cuando vean entrar en mi salón hasta a los más disciplinados del cotillón. Me lo voy a pasar bomba. Voy al registro a cambiar mi género para el año que viene que me han dicho que hay lista de espera y voy con poco tiempo.