ENTREVISTA

“Es imprescindible mejorar la carretera Beranga-Noja por el tráfico fluido que soporta debido al aumento del turismo”, aseguró Estíbaliz Ibarreche

Estíbaliz Ibarreche muestra una langosta en su establecimiento. R.A.

La portavoz del sector hostelero en Noja considera que Cantabria tiene posibilidades de alargar la temporada si el tiempo acompaña el resto del año

 

“La prioridad es mejorar la carretera Beranga-Noja por el tráfico fluido que soporta debido al aumento del turismo”. Así, lo aseguró la portavoz de la hostelería en Noja, Estíbaliz Ibarreche Alonso (Bilbao, 1973), quien lleva 40 años afincada en esta villa y representa la tercera generación de su familia en este sector.

Al mismo tiempo, ostenta el cargo de la portavocía de la hostelería desde hace 15 años, un grupo formado por 80 negocios, casi todos propietarios, que representan a la mayoría de los establecimientos del municipio.

En su opinión, crear la variante en el tramo que une Beranga, en Hazas de Cesto, con Noja es el proyecto imprescindible para mejorar la circulación en ciertas épocas del año y repercutirá de forma favorable para el turismo en Noja y en Siete Villas, donde también existen localidades turísticas como Isla, en Arnuero, y Ajo, en Bareyo.

“Noja e Isla en su conjunto cuentan con más camas turísticas que cualquier municipio de Cantabria, a excepción de Santander”, reseñó.

Un sector hostelero en Noja que en su entender ofrece mucha variedad en su oferta al cliente. En las pernoctaciones existen hoteles de varias estrellas, camping, hostel y posadas, al igual que en la restauración donde los visitantes pueden comer desde una hamburguesa o una pizza hasta marisco, langosta y nécoras, entre otros; carne y pescado de costa. “Es decir, una oferta enfocada a todos los públicos, desde los jóvenes hasta los adultos y para todos los poderes adquisitivos”, comentó.

Y cuando se le pregunta a la directora del hotel-restaurante Arillo sobre qué busca el turista que acude a Noja o qué ofrece esta localidad de la zona Oriental de Cantabria lo tiene muy claro: sol y playa, a pesar de estar en el Norte; rutas de senderismo por la costa, el monte o la misma playa, y disfrutar de la gastronomía.

“Las dos playas, Ris y Trengandín, permiten un paseo de una hora de duración”, recuerda Estíbaliz Ibarreche, al tiempo que no se olvida y remarca que la temperatura que ofrece Noja está provocando que el turista que antes se dirigía al Sur o al Mediterráneo, desde hace unos años huye del calor y busca el Norte para pasar sus vacaciones.

La hostelera con la planta de Trengandín de fondo. R.A.

Desde su punto de vista se esta notando un incremento del turismo debido al cambio climático y de hecho hay muchos madrileños, con poder adquisitivo, que están comprando su segunda vivienda en Noja para disfrutar del verano.

Un municipio, ubicado de forma estratégica en la zona Oriental de Cantabria, cercano a la autovía A-8 a 50 minutos de Bilbao y 30 de Santander, que ha visto varios cambios en el turismo desde que el boom se produjese en los años 80. “Ha cambiado mucho en los últimos 20 o 30 años”, indicó.

Por un lado, el turista se mueve más, hay más rotaciones, y las estancias son más cortas, de fin de semana, un puente o una semana, mientras que antes se alojaban una quincena o incluso un mes entero.

Y por otro lado, nota una presencia mayor de turismo extranjero, muchos de ellos que realizan el Camino de Santiago por la costa en dirección al albergue de Güemes, pero algunos pasan un día y duermen en Noja. Así, alemanes, suizos, franceses, ingleses e incluso americanos y canadienses tienen presencia en Noja frente a un visitante nacional que se divide en dos perfiles.

De un lado están quienes tienen adquirida una segunda vivienda, mayormente del País Vasco, aunque también proceden de Castilla y León, La Rioja, Madrid y Zaragoza. Al mismo tiempo, están quienes se alojan en un establecimiento, sobre todo la familia con hijos, parejas y grupos de amigos, que escapan de Madrid, Palencia, Valladolid, Burgos, Logroño y Zaragoza.

Desestacionalizar

Noja vive un turismo que se concentra en Semana Santa y en verano y tras las fiestas de San Emeterio y San Celedonio a finales de agosto sufre un bajón en septiembre, un mes que se mantiene por los visitantes durante los fines de semana y las excursiones de la tercera edad.

Precisamente, el grupo de los hosteleros se formó con el fin de llevar a cabo iniciativas que sirviesen para desestacionalizar el turismo, junto con el Ayuntamiento, y conseguir hacer un municipio atractivo para atraer turistas más allá de la Semana Santa y el verano. Hay que tener en cuenta, subraya, que el Consistorio trabaja y se involucra en pro de la hostelería, el principal recurso económico de Noja, dado que no existe industria.

Entre las iniciativas desarrolladas, Estíbaliz Ibarreche hizo hincapié en las Jornadas del Pincho, de la Jibia o de la Nécora, donde el hotel-restaurante Arillo es cofrade de la Cofradía de este marisco, de los cuales destacó su trabajo de difusión de la villa y de este producto por todo España.

En ese cometido del que se habla desde hace años de lograr desestacionalizar el turismo, esta hostelera considera que es difícil, ya que en invierno no acompaña el tiempo en Cantabria e incluso le cuesta a la capital, a Santander, a pesar de tener atractivos como el Palacio de la Magdalena y el Centro Botín.

Sin embargo, asegura que Cantabria y por supuesto Noja tienen potencial para apostar por alargar la temporada desde los meses de abril o mayo hasta el puente del Pilar en octubre, en el caso de que el clima acompañe.

Con la mirada y la mente puesta en el próximo verano, el sector hostelero de Noja, al igual que en otros municipios turísticos y en otros ámbitos profesionales, tiene problemas para encontrar personal en los últimos años, camareros de barra o sala, cocineros y personal de cocina.

“La formación es mayor, pero las nuevas generaciones que se incorporan al mercado de trabajo quieren más libertad y horas libres y no tienen tanta disposición al trabajo”, comentó.

Un sector el hostelero al que le costó arrancar tras la pandemia por la covid-19 y aun así las expectativas son buenas para el verano. “Cuando acaban las fiestas de San Fermín en Pamplona es cuando más se trabaja hasta finales de agosto. Noja pasa de 2.800 habitantes a cerca de 100.000”, puntualizó.