Santander dedica al escritor Marcial Solana su 19 placa de la ruta de Ilustres

Un momento del descubrimiento de la placa en Santander.

La alcaldesa Gema Igual (PP) presidió el acto de homenaje en el número 4 de la Plaza Pombo donde vivió el intelectual santanderino

El escritor, filósofo y político Marcial Solana y González-Camino se ha sumado hoy a la ruta Ilustres Santander con la colocación de una nueva placa en el número 4 de la Plaza Pombo, en cuyo edificio vivió este intelectual santanderino autor de más de 100 obras sobre filosofía, historia, política y teología.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual (PP), acompañada de familiares del homenajeado, de representantes de diversas entidades e instituciones con las que tuvo relación, y de la concejala Miriam Díaz, ha sido la encargada de descubrir la leyenda que se convierte en la número 19 de la ruta.

La regidora ha destacado la “monumental obra” de Marcial Solana, al que ha calificado como “un formidable erudito que fue una figura señera de la intelectualidad montañesa en la encrucijada de los siglos XIX y XX”.

En este sentido, ha subrayado el interés de Marcial Solana por la historia de Santander y La Montaña, la trayectoria de personajes célebres, particularmente las biografías de sus familiares más relevantes y cercanos, completada con el estudio histórico, biográfico y bibliográfico de los filósofos españoles más importantes.

Del mismo modo, Igual ha apuntado que Marcial Solana fue “un hombre comprometido con su tiempo”, como demuestra su implicación en la escena política del momento, desde las filas del movimiento tradicionalista, así como su participación en iniciativas como la fundación de un sindicato agrario en el Valle de Villaescusa, localidad de la que fue alcalde en la primera mitad del siglo XX.

La alcaldesa también ha recordado que su inclinación por la historiografía de su tierra natal le llevó a participar activamente en numerosos proyectos como el origen y desarrollo del Centro de Estudios Montañeses (CEM), desde su fundación el día 3 de febrero de 1934, entidad de la que fue presidente desde 1940 hasta 1994.

Además, ha resaltado “la grandeza de Marcial Solana como persona y como benefactor”, pues, en su testamento, destinó gran parte de su herencia a numerosas instituciones y causas de beneficencia.

“Por todo ello, para el Ayuntamiento de Santander es una verdadera satisfacción, rendir hoy este homenaje al legado, la persona y el talento de Marcial Solana, con el descubrimiento de esta placa que le reconoce, de manera humilde pero muy sentida, como uno de nuestros ciudadanos ilustres”, ha concluido Igual.

En el acto han intervenido también Fernando Zamanillo, familiar del homenajeado, y Antonio de los Bueis, miembro de la Real Sociedad Menéndez Pelayo y del Centro de Estudios Montañeses ante una treintena de personas entre los que se encontraba el alcalde de Villaescusa, Constantino Fernández, representantes de la Orden de Malta, de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, del colegio Marcial Solana, del Cearc y de la Sociedad Cántabra de Profesores de Filosofía Española.

Sobre Marcial Solana

Marcial Solana y González-Camino nació en Santander el 7 de octubre 1880 y falleció en la misma ciudad el 15 de octubre de 1958.

Tras cursar el bachillerato en el Colegio de Orduña, estudió Filosofía, Letras y Derecho en la Universidad de Deusto y se doctoró en la Universidad Central.1 Fue académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, presidente del Centro de Estudios Montañeses, y miembro de entidades como la Sociedad Menéndez Pelayo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria. Recibió los premios Conde de Torreánaz (1928) y Echegaray (1940).

El amor a su tierra le llevó a la actividad política y a fundar un sindicato agrario en el valle de Villaescusa, localidad de la que fue alcalde en la primera década del siglo XX. Por su dedicación recibió el honor de ser cronista del Valle de Villaescusa.

Era jefe regional del Partido Integrista en Castilla la Vieja y se presentó a las elecciones para diputado a Cortes en 1910 por la circunscripción de Santander, pero no salió elegido. Nuevamente candidato, en las elecciones de 1916 logró acta de diputado. Al igual que el resto de sus compañeros de partido, en 1931 ingresó en la Comunión Tradicionalista.

Durante la Segunda República colaboró en las revistas Acción Española y Tradición y fue miembro del Consejo de Cultura Tradicionalista presidido por Víctor Pradera. También colaboró en la Revista de Filosofía con trabajos como Las doctrinas estéticas de Balmes, El Padre Luis de Losada y muchos otros.

Es autor de obras de filosofía, historia, política y teología. Destaca su Historia de la Filosofía española. Época del Renacimiento (siglo XVI) (1940-1941) y sus obras políticas ¿Qué es el tradicionalismo político español? (1933) y El tradicionalismo político español y la ciencia hispana (1951).