Sir András Schiff, arte, sentimiento, pura emoción al piano
El Palacio de Festivales de Cantabria acogió el concierto con obras de Bach, Mozart, Haydn y Beethoven
FICHA
-Festival Internacional de Santander. Sir András Schiff, piano. Obras de Bach, Mozart, Haydn y Beethoven. Palacio de Festivales, Sala Argenta. Viernes, 8 de agosto de 2025.
Estaba marcado en rojo en el calendario del Festival internacional de Santander (FIS). El regreso del maestro húngaro András Schiff al escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales siempre es una cita ineludible y, como era de esperar, volvió a dar una lección magistral de arte y sentimiento en obras que son pura esencia musical. Su Bach, su Mozart o su Haydn siguen siendo una referencia absoluta, como su Beethoven sencillamente brillante.
Como es costumbre en sus conciertos en solitario, el programa lo fue anunciando sobre la marcha, alternando el castellano con el inglés, con un respeto absoluto por parte del público que casi llenó la Sala Argenta (se tuvo que habilitar la zona más alta que en principio no estaba previsto).
Comenzó su recital, sin comentar nada, con su adorado Bach y su ‘Aria de las Variaciones Goldberg BWV 988’, para ir abriendo boca y marcando la pauta, para continuar con el ‘Capricho en si bemol mayor BWV 992’, académico, elegante, expresivo. Para marcar ciertas diferencias, saltó a Mozart con su ‘Sonata n° 17 en si bemol mayor, K 570’, ejemplo de lirismo académico.
Es conocido el uso prudente que Schiff hace del pedal sonoro, usado sobre todo para las notas finales, dándole el efecto necesario de comunicación con el público. Así se notó en su versión del ‘Concierto italiano en fa mayor BWV 97’ de Bach, sencillamente memorable en sus tres partes, con el uso de la mano izquierda en el tema principal alternado el acompañamiento de forma magistral. De hecho, siempre ha dicho que esta obra debería interpretarse en un clave de doble registro, lo que hace más complicado tocarla en un piano moderno.
Sin pausa, siguió su recital con Haydn y su 'Andante con variaciones Hob.XVII:6', igual de luminoso que su Mozart. Y terminó su programa con Bach y su 'Fantasía cromática y fuga BWV 903', y con Beethoven, con la ‘Sonata para piano, n° 17 “La Tempestad”, ambas tocadas sin solución de continuidad, mostrando ciertas similitudes melódicas entre ambas obras. El resultado fue de verdadero maestro en las dinámicas, los controles sonoros, el inteligente uso del pedal y esa alternancia del tema principal entre la mano izquierda y la derecha de puro academicismo.
La elegancia y seriedad que muestra Schiff en el escenario se traduce en un silencio por parte del público pocas veces conseguido, tan solo alguna tos aislada, pero, increíble, no sonó ningún móvil, auténtico virus en las salas de concierto.
Las ovaciones y aplausos al maestro, se tradujeron en tres propinas, el ‘Vals n° 3’ de Chopin, la ‘Canción giratoria, op. 67’ de Mendelssohn, terminando con Shubert y el Andante de los ‘Cuatro impromptus, Op. 90’. Todo un alarde de virtuosismo.
András Schiff es, junto a Grigori Sokolov, los últimos de una generación de grandes intérpretes que nos quedan. Después de dos horas de recital, de lección magistral, salimos embelesados de una de las citas del FIS que ha puesto el listón muy alto, y aún no hemos llegado a su ecuador.