‘Los Nadies’, la exposición basada en un poema de Eduardo Galeano sobre los diferentes problemas sociales recala en Colindres

Pandemia una referencia del miedo al miedo.
El pintor Antonio Seco.
Ana uno de los personajes retratados.
Chanary también tiene su hueco en la muestra.
Los visitantes pueden tocar las obras.
Visitantes en la muestra.
Amanda protagonista en la exposición.
La muestra incluye visitas guiadas.

El artista Antonio Soto mostrará los rostros y las historias de los sufridores en la Casa de Cultura entre los días 28 de octubre y 7 de noviembre donde se permite a los visitantes tocar las obras

“Los Nadies nos permite reflexionar sobre quiénes son esos seres humanos que acaban convirtiéndose en meros recursos humanos. Quiénes son esos ningunos que ni siquiera tienen nombre y que no figuran en la historia universal. Y también nos invita a pensar si estamos, nosotros mismos, tan lejos de convertirnos en Nadies, si continuamos siendo solo espectadores”.

Con esta reflexión se presenta el artista Antonio Soto en la Casa de Cultura de Colindres entre los días 28 de octubre y 7 de noviembre con la exposición titulada ‘Los Nadies’, basada en un poema del mismo nombre de Eduardo Galeano sobre los diferentes problemas sociales que afectan a la humanidad.

Comisionada por María Bernal, de Mimandoarte, la muestra está basada en la obra pictórica del artista Antonio Soto tras leer el poema en el libro de ‘Los abrazos’. El poema emocionó al artista y decidió utilizar el arte para dar voz y nombre a esos nadies.

Bajo esa inspiración, el pintor empezó a crear una singular obra pictórica: una serie de retratos auténticos, no imaginarios, de gran tamaño que se corresponden a otras tantas personas con el denominador común de ser víctimas anónimas por diversas causas, ‘nadies’, la mayoría nunca los ha visto, pero conoce sus historias y el artista les pone cara y miradas.

Su objetivo es resaltar la dignidad del ser humano, “no quiero despertar pena, pretende despertar empatía y compromiso”, asegura.

Así, la muestra exhibe 24 cuadros de grandes dimensiones, desde 1,70, dos y 1,30 metros, referentes a rostros con miradas que hablan al espectador, con nombre y con historias propias que recogen diferentes situaciones sociales del mundo, entre ellas el bullying, el tráfico humano o la inmigración entre otros. Y es que Antonio Soto ha llegado a conocer personalmente a algunos de ellos en sus viajes como cooperante en África, en proyectos con otros artistas comprometidos.

Historias

Mi nombre es Amanda, una adolescente víctima de bullying. Es curioso, a mis ahora 41 años, ellos no recuerdan nada, no son conscientes del daño que me hicieron y como esto marcó mi vida.

Mi nombre es Chanary, fui rescatada tras ser vendida por mi abuelo, ahora vivo en una casa de acogida en Camboya. Soy víctima de tráfico infantil.

Mi nombre es Carlota, tengo seis años y vivo en Honduras. Me levanto a las 5.00 de la mañana con mi mama para trabajar en las basuras. Pero a las 11.00 me voy a estudiar a la escuela porque tengo el sueño de ser medica un día.

Mi nombre es Ramón, lo tenía todo, carrera, empresa, familia, amigos… pero un día lo perdí todo y ahora soy un sin techo… sin hogar… 

Mi nombre es Nadia, de Moldavia, víctima de tráfico humano. Me secuestraron con 17 años, me obligan a trabajar como prostituta con la amenaza de matar a mi familia si no lo hago.

Mi nombre es Ana y para él su princesa, su tesoro… Mis monstruos no eran ficticios. Es terrible que te haga daño la persona que más quieres… Soy víctima de abuso sexual infantil. N

A ellos se une Asur, víctima de trauma de guerra, Mounira, quien sufre sordera a consecuencia de la malaria, Shirkam, niño soldado en Liberia, Tazidat, inmigrante ilegal en patera, Iki, inmigrante del cuarto mundo, Charo, víctima de desahucio, y Farah, como ser mujer en Gaza, entre otras historias.

Prohibido no tocar

En la exposición de Antonio Soto hay una novedad, está ‘Prohibido no tocar, y por ello el artista invita al visitante a tocar el cuadro del personaje que su historia más le haya llamado la atención o te hayas sentido más identificado.

A su juicio “es una experiencia muy emotiva donde los sentimientos afloran”, aunque, con alguno, tal vez se manchen con el oxido de las creaciones, pero no importa, es bueno que deje huella aquello que ha tocado el alma, señal de que se han implicado.

Fruto de esta experiencia, el pintor destaca que es curioso que en las visitas de los colegios e institutos suelen dirigirse a Amanda, víctima de bullying. “Hemos tenido notificaciones de centros escolares de que después de la exposición ha habido denuncias de bullying, y lo más impactante, ha habido casos de acosadores que han retrocedido porque hasta ese momento no eran conscientes del daño que estaban causando”, declaró.

Como anécdota, en una exposición situada al lado de un comedor solidario, entraron un buen grupo de personas sin hogar. El artista, que hizo más hincapié en el personaje de Ramón, un sin hogar que un día lo tuvo todo, hablo de la dignidad de ellos, de cómo se puede salir de esa situación, que ninguno estamos exentos de que nos encontremos en ella.

“Todos se acercaron a tocar a Ramón y el director del comedor solidario nos contó al otro día que la mayoría entraba con la cabeza alta”, indicó.

Visita guiada

El día de la inauguración el artista hace una visita guiada a público en general, acompañada de poemas, donde aprovecha para mostrar y explicar la obra con sus historias. Igualmente, durante 10 días de la exposición se organizan diferentes visitas guiadas por el propio artista, Antonio Soto, acudiendo grupos de centros educativos como actividad escolar, universidades y público en general.

Y no podía faltar dentro de esta exposición estar preparada para que sea totalmente accesible, adaptada a personas con diferentes tipos de discapacidad. 

Antonio Seco

Antonio Seco (País Vasco, 24 de noviembre de 1964) es un artista plástico y poeta que estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco. Muy concienciado con las problemáticas sociales, utiliza el arte para transmitir pensamientos vitales. De hecho, colabora con otros artistas de distintas disciplinas con los que fusiona sus artes en diferentes eventos de arte solidario.

También forma parte de Dtproject, una asociación de artistas solidarios sin ánimo de lucro, que utiliza el arte como canal de comunicación para denunciar, informar, sensibilizar, concienciar y ayudar.

Además, participa en Feel Sahara, un festival temático que anualmente se lleva a cabo para informar, concienciar y levantar fondos que ayuden a cubrir los billetes de los niños saharauis dentro del programa ‘Vacaciones en paz’.

Antonio Soto ha expuesto en numerosos lugares, las últimas en el Parlamento y la Universidad de Navarra, en la Universidad de Deusto en Bilbao, la Casa de la Cultura Denia y la Casa de la Cultura de Montemayor, de tal forma que tras su paso por Colindres recalará en Sativa, en Valencia.

Otras iniciativas de este artista son ‘Esencia de bosque’, sentir el bosque como algo cercano, bello y sagrado, en busca de la sensibilización ecológica; ‘El largo silencio’, una historia sobre el sufrimiento, y ‘Razones para creer o no, una reflexión sobre diferentes temas cotidianos.

A ello se une ‘Nada nuevo bajo el sol’, un viaje pictórico-poético por medio del libro de Eclesiastés, ‘En un lugar del corazón’, obras figurativas sobre las relaciones humanas, así como ‘La Semilla’. metáfora sobre nuestro propio crecimiento.

Poema ‘Los Nadie’ de Eduardo Galeano

Sueñan las pulgas con comprarse un perro

y sueñan los nadies con salir de pobres,

que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,

que llueva a cántaros la buena suerte;

pero la buena suerte no llueve ayer,

ni hoy, ni mañana, ni nunca,

ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,

por mucho que los nadies la llamen

y aunque les pique la mano izquierda,

o se levanten con el pie derecho,

o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados,

corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal,

sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.