‘Defenestración’, la primera novela del santoñés Chema Barberarena

El autor Chema Barberarena junto a uno de los ejemplares de su primera novela.

Una historia psicológica sobre la relación de Ricardo, un treintañero inmerso en adicciones, abulia y autodestrucción, con su familia y su pasado

Comenzó a leer y escribir con intensidad muy pronto. Recuerda que en casa de sus padres siempre hubo muchos libros, sus hermanas eran grandes lectoras y los clásicos nunca faltaban en las estanterías. Cada semana había algún libro nuevo del que tirar, y si no era así, la colección completa de Agatha Christie siempre estaba esperando.

Fruto de una de sus aficiones, junto con la música y el dibujo, surge ‘Defenestración’, la primera novela de Chema Barberarena (Santoña, 1984).

La literatura siempre ha acompañado a este santoñés. Recuerda tardes de lluvia leyendo y releyendo ‘El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, o ‘Viaje al centro de la Tierra’, de Julio Verne, así como escribiendo a lápiz pequeños relatos e historias mientras dibujaba.

Además, durante años tuvo un blog de atletismo, donde escribía artículos y reportajes que le sirvieron para reconectar con la escritura y por medio de su relación con la música tuvo la fortuna de encontrarse con un puñado de canciones que deseaban ser escritas.

Chema Barberarena asegura que nunca se planteó escribir de manera más seria, aunque la idea estaba presente. Sin embargo, como explica este escritor, el proceso por el que se lanzó a escribir su primera novela fue cuando menos curioso.

Y de hecho, profundiza a la hora de explicar sus orígenes, ya que ‘Defenestración’ como novela no nace de la idea de publicar un libro como tal. “Durante mucho tiempo ni siquiera comprendí que esta historia iba a ser un libro. Simplemente llega como una idea inicial, la historia, algunos de los personajes, parte de la trama, escenas sueltas” que a este santoñés, afincado en Almería, le parecía lo suficientemente interesante como para plasmarla y desarrollarla con el objetivo de no olvidarla.

“Poco a poco, a medida que iba escribiendo, todo comenzó a fluir, la historia empezó a tomar forma y adquirió vida propia. Y cuando quise darme cuenta tenía delante de mí una historia más compleja, con matices, ramificaciones, y algo que me decía que podía ser interesante de desarrollar por completo”, explica este joven, dedicado profesionalmente al diseño y desarrollo web.

Cuando se acercaba el final del proceso, las dudas le afloraron sobre la conveniencia de publicar la historia. “No pensaba en ella como un producto destinado a la publicación. Pero comprendí que la historia en sí lo merecía, que podía gustar y resultar interesante y emocionante” rememora cuando piensa en aquellos días donde estaba a punto de acabar la novela.

Durante años, este santoñés enfocó sus esfuerzos en la música, su gran vocación, y buscó un hueco en diferentes trabajos y formas de vida. Tras vivir varios años en Santander, donde conoció a la que hoy es su mujer, en 2020 decidieron trasladarse a Almería. “Ella es de allí, y buscábamos un cambio en todos los sentidos. A pesar de lo complicado del momento que vivíamos, con las restricciones y la pandemia, encontramos un hogar que nos acogió con los brazos abiertos”, explica.

Y a pesar de todo, ‘Defenestración’ vio la luz, una novela de carácter psicológico en la que se aborda, en primer término, la relación del personaje principal, Ricardo, un treintañero inmerso en una espiral de adicciones, abulia y autodestrucción, con su familia y su pasado. Una circunstancia casual accionará en este joven una serie de mecanismos que lo llevarán a encontrarse cara a cara tanto con sus recuerdos como con su futuro. Una historia muy cruda, dura, muy emocional, un drama familiar con tintes de suspense y de thriller, que “nos lleva a replantearnos el sentido mismo, la esencia de muchas cosas”, la describe su autor.

La novela es una ficción absoluta, pero tiene detalles de realidad en ciertas descripciones y lugares, entre otros aspectos. Desde su punto de vista, es difícil, cuando escribes sobre temas reales, no acudir a tus propios recuerdos o a tu memoria.

Asimismo, añade que es complicado determinar hasta dónde llegan las referencias personales. “No se trata de una historia en absoluto autobiográfica, pero siempre he creído que lo que uno escribe está salpicado de vivencias, sensaciones o visiones propias”, remarcó.

Este escritor supone que toda novela conlleva una fase previa de investigación y documentación. En su caso, en su primera novela, no ha sido esencial una preparación previa, ya que la propia personalidad del relato implicaba que la historia fluyera por sí misma.

Aun así entiende la necesidad de que todo esté anclado en una firmeza argumentativa para que la historia no naufrague. “De hecho, es un libro que, dada su naturaleza, nace, en buena medida, del ejercicio de la escritura automática”, aclara.

Y en este aspecto, el autor reseña en que “es una historia que es lo que es y se convierte en lo que se convierte, también, porque está escrita sin la presión de conocer que va a acabar convirtiéndose en una novela”. Por añadidura, Chema Barberarena comenta que el hecho de que el relato esté narrado en primera persona hace que las ideas fluyan de una manera mucho más espontánea de lo que pudiera exigir otro tipo de historia.

Devorador

Devorador y lector de todo aquello que llega a sus manos, Chema Barberarena explica que dado que lee de todo y de distintos estilos y géneros, no es capaz de reconocer ninguna influencia clara de otros escritores. Aun así, considera que hay estilos y maneras de escribir fascinantes, diferentes entre ellos y que resultan modelos a seguir.

La capacidad descriptiva de Hemingway, la simpleza de pluma de Murakami, la magia de Verne, la brillantez de Stefan Zweig, la capacidad de hacernos ver el miedo de Stephen King y la facilidad para crear historias de Lehane, de Auster o de Grisham. Incluso, no olvida a Santiago Lorenzo y su don para arrancar la carcajada envuelta en drama, la exhaustiva y misteriosa emotividad de Almudena Grandes, el halo mágico que envuelve a Zafón, el saber estar narrativo y la genialidad de José Luis Sampedro, al arte de Jesús Terrés.

“En definitiva, me parece muy difícil etiquetarse o verse frente a influencias. Lo más sencillo para mi es olvidarse de ello, leer mucho, y disfrutarlo todo lo máximo posible”, cuenta este autor cuando se le pregunta sobre sus influencias literarias.

Puesto que la publicación de ‘Defenestración’ fue una decisión casi improvisada y ante las circunstancias existentes, el autor eligió la autopublicación y la venta en Amazon en https://www.amazon.es/dp/B09NR9PP1W/ref=cm_sw_r_wa_awdb_imm_VJMY2PTDN524FN78MEWF.

En su opinión, el mundo editorial es un coto complicado, en el que un autor novel tiene muy difícil moverse con soltura, salvo que parta de una base firme, como puede ser un círculo de seguimiento anterior en redes sociales o incluso un trabajo previo en algún otro ámbito.

“Lo edité yo mismo, y me encargué incluso de detalles como la portada o la maquetación, tanto en papel como en formato electrónico. Es un mundo complejo, donde la autoría independiente ha tomado forma y se ha hecho cada vez más fuerte, puesto que creo que el acceso a grandes editoriales es enormemente complicado”, reveló este diseñador sobre la creación y el producto final del libro.

Tras contar como se fraguó su novela, al escritor le resulta difícil fijar el tiempo que ha dedicado a esta historia. Al principio aprovechó algunas noches sueltas para dejarse llevar por la historia e investigar, y cuanto más avanzaba, más horas invertía. Fueron varios meses de trabajo, dado que no se dedicó a ello en exclusiva. Pero, desde los primeros escritos hasta la terminación de la novela, debieron pasar por lo menos seis o siete meses.

En cuanto a la promoción, “es realmente complicado llegar a la gente cuando no se ha publicado nada antes y cuando no te conoce nadie”, hace hincapié. Pese a sus inconvenientes, confiesa que la ventaja de trabajar con una editorial es precisamente la promoción. “Tienen la capacidad de llegar más lejos y a más lugares. Casos, por ejemplo, como el de Eloy Moreno, que hizo un trabajo titánico de autopromoción, son muy difíciles de repetir, a pesar de que es un espejo en el que mirarse”, subraya.

Por este motivo, su idea es aprovechar las redes sociales lo máximo posible y llegar poco a poco a más círculos que, a su vez, puedan llegar a otros. Sobre esta estrategia y experiencia, manifiesta que “es un trabajo muy poco gratificante cuando no funciona, pero es muy necesario sembrar para aspirar a recoger”.

Futuro del libro en papel

Respecto al futuro del libro en papel y tras adentrarse en el mundo de la literatura, este santoñés avanza que el papel está viviendo un renacimiento. “Bueno, de hecho, las ventas de libros en papel así lo reflejan”, reitera.

Y esta sensación, le lleva a pensar que no encuentra indicios de decadencia en el libro en papel frente al digital, que califica, por otro lado, como un invento maravilloso. “No formo parte de quienes se apoltronan frente al papel como si se tratase de la única posibilidad de lectura, ni me identifico con esa forma de fundamentalismo”, apuntó.

Y va más allá en el análisis para confesar que el problema sobre el que se debería reflexionar es que buena parte de la sociedad no lea e incluso que, de alguna manera, se jacta de no leer. “Eso sí es un problema, que deriva de términos educativos y sociales. Pero en general creo que el libro en papel seguirá siendo básico en nuestra cultura, al menos durante los próximos años”, se atreve a contar durante la entrevista.

Con respecto al libro en papel frente al e-book, Barberarena cree que no hay que hacer mucha distinción si lo que se pretende es fomentar la lectura. Ahora bien, matiza, hay aspectos más personales que son difíciles de pasar por alto. El romanticismo del libro en papel es casi imposible de igualar y a ello añade la bucólica escena del rincón de lectura, la ventana salpicada de gotas de lluvia, el café humeante, el crepitar de la chimenea, los árboles cimbreándose fuera y la butaca mullida, “esa imagen va inevitablemente acompañada en nuestro subconsciente de un libro en papel”.

Ahora bien, a la hora de ser prácticos, el e-book permite reunir en un espacio reducido toda la literatura deseable para una persona que dedica buena parte de su tiempo a desplazarse, viajar o que por circunstancias laborales o personales, pasa mucho tiempo fuera de casa. En ese sentido, la comodidad y la ligereza es un salto evolutivo enorme, clarifica el autor de ‘Defenestración’.

En el final de esta conversación, no se puede obviar qué consejos puede dar un escritor que ha tomado la decisión de publicar su primera novela a quienes deseen imitar su aventura.

En este sentido, el autor se muestra respetuoso y humilde y afirma que “no soy quién para aconsejar. ¡¡¡Faltaría más!!!. Lo único que se me ocurre decirle a quien tenga una historia en la cabeza es que escriba. Que no lo dude y que escriba. Que buena falta nos hace fomentar el hábito creativo y todo aquello que permita desarrollar nuestras cualidades de imaginación y de creación”.

En esta última pregunta, el entrevistado se sitúa frente a lo esencial, que es el hábito de escribir y leer todo lo que uno pueda, una actividad que forma parte de la vida, como el aire que se respira. Y, en este caso, la escritura está a mano de cualquiera que lo desee, “que escriban, que todo lo demás vendrá solo”, lanzó como mensaje final.