CRÍTICA

Akram Khan deslumbra y sobrecoge en el FIS con su ‘Thikra’

Un momento de la actuación de danza en el Palacio de Festivales.

El Palacio de Festivales acogió la obra 'Thikra: Night of remembering' del coreógrafo británico antes de poner fin a su compañía de danza

FICHA

-Festival Internacional de Santander. Danza: Thikra: Night of rememberin. Estreno en España. Akram Khan Company. Vestuario y escenografía: Manal AlDowayan. Compositor: Aditya Prakash. Coreógrafo y dirección: Akram Khan. Palacio de Festivales, Sala Argenta. Domingo, día 17 de agosto de 2025.  

Ha sido su última creación antes de poner fin a su compañía de danza, pero el gran coreógrafo británico Akram Khan lo ha querido hacer a lo grande, con un espectáculo magnífico, sobrecogedor, que a buen seguro se cumplirá la definición del título de su obra, ‘Thikra, una noche de recuerdos’. Cuando se asiste a un espectáculo que consigue combinar la emoción, la tradición de ritos ancestrales y una composición coreográfica que rompe moldes, el resultado es la sorpresa, la pura emoción y los momentos de sensaciones que invaden las emociones más profundas.

‘Thikra’ es una obra pensada en su origen para espacios abiertos, pero se ha adaptado para escenarios cerrados, y desde su estreno hace unos meses no ha hecho más que sorprender a los públicos más variados. Lleva en gira por toda Europa desde entonces, y ha sido en Santander la única parada en nuestro país. A pesar de ser una obra fuera de los cánones habituales en la danza, la expectación era enorme, con la Sala Argenta del Palacio de Festivales abarrotada otra vez.

Akram Khan ha creado una obra de ritos ancestrales con influencias en la danza india, acompañado de una banda sonora penetrante, opresiva, envolvente, que no da respiro en los 70 minutos de duración. El diseño de sonido de Gareth Fry lo arropa todo, los cambios de intensidad acompañan las distintas escenas, donde una matriarca invoca a los espíritus del pasado con un ambiente de brujería, que hace poseer en estado de trance a las protagonistas, todas mujeres.

La luz tenue de la noche invade la escena, los movimientos de las 10 bailarinas, todas excepcionales, invocan al espíritu que llena de misterio cada momento. El espectador se ve envuelto en una suerte de sortilegio místico que recorrerá desde el inicio hasta el trémulo final.

El público ovacionó la actuación durante 10 minutos.

Todo fluye de forma continua sobre un escenario con el solo decorado de una especie de altar místico en penumbra, sin pausa ni momentos de relajación, es una invocación constante en un ambiente que sobrecoge, que impide que puedas distraer la mirada del escenario.

La composición musical de Aditya Prakash combina la música karnatik con ciertos toques de jazz, en formato sensurround que llega a todos las zonas de la sala con igual intensidad. Los golpes sonoros bajos, la fuerza melódica lo envuelve todo, no te puedes librar. Y un cuidado diseño de iluminación completa un espectáculo vibrante, misterioso, que te atrapa y te deja en tensión.

Todas las bailarinas, verdaderas danzantes, son de técnicas tan sólidas que se adaptan a los distintos momentos hasta llegar al clímax total. Desde la representación del espíritu, o la matriarca, o la hechicera, todas juegan un papel de conjunto, perfectamente ensamblado, de coreografía deslumbrante, hasta el juego con las melenas del pelo o los movimientos de los dedos de pies y manos.

‘Thikra’, memoria, recuerdo, un ritual ancestral, donde el pasado y el presente se unen. Recorre los paisajes y la mitología del desierto de Al-Ula, con la idea de que sin pasado, no hay futuro. La partitura de Aditya Prakash deslumbra en esa descripción de los antiguos ritos, mantiene la tensión constante consiguiendo traspasar los límites de la tradición clásica.

Después de 25 años asombrando con su arte, Akram Khan ha decidido disolver su compañía, pero tendrá que esperar hasta 2027 por los compromisos con los mejores teatros y festivales del mundo que reclaman asombrarse con su Thikra. Y sí, fue una noche para el recuerdo. El público, conmocionado, así lo demostró con casi 10 minutos de ovaciones y vítores a un trabajo espléndido. Y ya en la calle, aún te cuesta recobrar la realidad.