Condenado a cuatro años de prisión por traficar con droga y blanquear el dinero ganado con la compra de pisos

Juzgados de Santander. R.A.

La Audiencia de Cantabria condena a dos años de prisión a un joven por propinar un puñetazo a otro y perder dos dientes

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a cuatro años de prisión y 92.900 euros de multa a un hombre por traficar con cocaína en Cantabria y destinar el dinero ganado a la compra de pisos. También, ha condenado a dos de sus colaboradores a un año de prisión cada uno.

El juicio estuvo señalado para ayer, pero a su inicio las partes alcanzaron un acuerdo. La Fiscalía consideró que concurre en los tres la circunstancia modificativa de la responsabilidad penal atenuante muy cualificada de drogadicción, de modo que ha rebajado las penas pedidas inicialmente, ocho años para el primero y cuatro años para los otros dos.

Los tres acusados han reconocido los hechos y se han declarado autores de un delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño, y el principal acusado, además, de un delito de blanqueo de capitales. Por eso, en su caso la sentencia acuerda la confiscación de un piso de su propiedad.

Según los hechos probados que se recogerán en la sentencia, el principal acusado se ha venido dedicando a la venta y distribución de cocaína tanto en Santander como en otros municipios de Cantabria entre 2014 y 2024. En la entrada y registro realizada en su domicilio se encontró cocaína, dos balanzas y distintos dispositivos móviles. 

Además, es propietario de tres viviendas, sin que sus ingresos acrediten solvencia para su adquisición, ya que su actividad laboral es la de monitor de esquí durante el periodo invernal y cobra también una pequeña pensión. Por tanto, mantiene un ritmo de vida que evidencia la existencia de unos ingresos mayores.

En la adquisición de una de las viviendas, este acusado se sirvió de su entonces novia y sus hermanos para pagarlo con fondos de la venta de droga. Para ello, ingresó el dinero en las cuentas de estos y, más tarde, los titulares de esas cuentas emitieron cheques para el pago del piso sin conocimiento de lo ilícito de su proceder.

Los otros dos acusados eran colaboradores del primero. Uno de ellos se encargaba de distribuir la droga en Santander cuando aquel se encontraba fuera. En su vivienda se encontró cocaína, dinero procedente del tráfico de drogas y una balanza de precisión.

El otro era su distribuidor en Val de San Vicente, localidad a la que el primero acudía con frecuencia para aprovisionarle de cocaína, tal y como fue observado en numerosas ocasiones por los agentes de la autoridad.

En el registro del inmueble del tercer acusado se encontró droga, dos balanzas, bolsas con recortes y dinero procedente de la venta de sustancias estupefacientes.

Pelea

Por otro lado, la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a dos años de prisión a un joven por propinar un puñetazo a otro y provocarle la pérdida de dos piezas dentales.

La Sección Tercera de la Audiencia acogió ayer la audiencia preliminar para valorar una posible conformidad que finalmente se alcanzó.

Dado que el acusado ha consignado la totalidad de las indemnizaciones solicitadas por las acusaciones, estas han considerado que concurre en el joven la circunstancia modificativa de la responsabilidad penal atenuante muy cualificada de reparación del daño.

El acusado, por su parte, ha reconocido los hechos y ha admitido ser autor de un delito de lesiones con deformidad merecedor de dos años de prisión, pena que queda suspendida con la condición de que en un plazo de tres años no cometa ningún delito.

Según los hechos probados que se recogerán en la sentencia, el joven, de veinte años de edad, acudió sobre las tres y media de la madrugada del día 23 de marzo de este año a la calle Ría Solía de El Astillero, donde se encontraba el hombre.

Ambos iniciaron una discusión y en el transcurso de la misma, el acusado, actuando con ánimo de menoscabar la integridad física del otro, le propinó un puñetazo con la mano derecha en la mandíbula, provocando que cayera al suelo.

A consecuencia de la agresión, la víctima perdió dos piezas dentales y sufrió daños en otras dos.