“En 25 años creemos que hemos colocado a la anchoa en lo alto del pódium”, asegura el patrón mayor de la Cofradía de la Anchoa de Cantabria

Tino Sampedro, patrón mayor de la Cofradía de la Anchoa de Cantabria, en el puerto pesquero de Santoña. R.A.

Tino Sampedro anuncia el acto de homenaje a los 14 cofrades fundadores que se mantienen en el colectivo durante la celebración del Gran Cabildo del sábado, día 30 de abril, en Santoña

“En 25 años creemos que hemos colocado a la anchoa en lo alto del pódium, donde se merece”.  Así lo asegura el patrón mayor de la Cofradía de la Anchoa de Cantabria, Tino Sampedro, cuando se le pregunta sobre la valoración que realiza de estos años de existencia.

Durante el año, el colectivo tiene presencia en una media de 35 eventos y actos y aprovecha para difundir y dar a conocer la anchoa. “Es un producto muy apreciado y de hecho nosotros siempre decimos regala anchoas que te abrirá puertas”, comenta este torrelaveguense, de 73 años, vinculado desde hace 45 años a Santoña de donde es su mujer.

Tino Sampedro considera que la Cofradía también arrima el hombro para difundir la anchoa. Precisamente, los estatutos con los que se fundó este colectivo, en diciembre de 1997, recoge en sus objetivos: dar a conocer y exaltar la importancia gastronómica de la anchoa, el arte de su elaboración como producto de calidad y sus formas de consumo.

Pero, hay que remontarse al año 1996 para encontrar los orígenes de la constitución de esta Cofradía. Un grupo de siete matrimonios con gran relación, amistad, amantes de la anchoa, vinculados a Los Vinikis y que alternaban los fines de semana, conocedores de la actividad que hay en Santoña, donde las peñas se involucran, decidieron organizar una anchoada con el fin de dar a conocer el producto, sobre todo a los turistas. Por eso mismo se eligió el mes de agosto de 1997 y en la iniciativa colaboraron los conserveros, la hostelería, las panaderías y el Ayuntamiento.

“Esta idea inicial tuvo mucho éxito en la Plaza de San Antonio, se repartieron 3.000 tiras de anchoas con pan y 100 litros de vino, si bien los asistentes fueron más de Santoña que de fuera”, recuerda el patrón mayor.

A partir de ese momento, pensaron en buscar una alternativa, que llegó en el instante en que conocieron la existencia de Cofradías por todo el panorama español. Contactaron, para informarse y conocer sus estatutos, con la Cofradía del Vino de La Rioja, en Logroño, y este fue el punto de partida de su fundación con 24 cofrades, entre ellos profesores, conserveros, pecadores, periodistas, exalcaldes y representantes de la hostelería, así como un patrón mayor, Pedro Luis García Cobo, exalcalde de Santoña, a quien luego siguió en el cargo Germán Álvarez Badiola.

Cofrades

A partir del día 30 de abril de este año, y tras jurar el nombramiento, la Cofradía contará con cerca de 315 cofrades, de los cuales 85 serán de honor y mérito con las nuevas incorporaciones y entre las que vienen las nuevas generaciones aportando juventud. “A todos nos une la amistad y somos fanáticos de la anchoa”, comenta Tino Sampedro, patrón mayor desde hace seis años en sustitución de Víctor Ruiz Teja.

Entre sus cofrades, hay miembros que proceden de Madrid, Sevilla, Cádiz, Granada, el País Vasco e incluso un mexicano, hijo de asturiano, residente en ese país, pero que tomó posesión del cargo en 2019 durante la celebración del Gran Cabildo y a quien se nombró embajador de la anchoa en México.

Pedro Benavent, canciller-secretario de la Cofradía, a la izquierda, y Tino Sampedro, en el puerto pesquero santoñés. R.A.

En estos 25 años, la actividad ha sido intensa en la Cofradía de la Anchoa de Cantabria con el fin de lograr los fines que persigue en sus estatutos.

‘La anchoa en Cantabria’, de José Luis Gutiérrez Bicarregui; ‘Historia de los salazones italianos en Cantabria’, de Luis Javier Escudero, y en el que colaboró la Universidad de Cantabria y la Cofradía aportando información, así como ‘La cocina de la anchoa y el bocarte: un paseo por Santoña’, son los tres libros que ha publicado este colectivo.

Como complemento a esta faceta divulgadora, la Cofradía en 2007 organizó un homenaje a los conserveros italianos que emigraron a Cantabria en 1891 y donde se consiguió la presencia de  sus descendientes, muchos de los cuales viven en Santoña.

“Hay que tener en cuenta que en aquella época en Cantabria solo había tres fábricas de salazón, tres en Santoña y una en Laredo, y los italianos vinieron y se establecieron aquí por la pesca, ya que sus caladeros habían mermado”, recuerda el patrón mayor cuando se le pregunta sobre los inicios del sector.

Y fruto de estos años también se han llevado a cabo hermanamientos con otras Cofradías en España, tales como el aceite de Baena, en Córdoba; del Vino en Cangas de Narcea, en Asturias; Do Sentado Carpeiro, en O’Grove; con la Asociación de Comerciantes de Zara de los Atunes y Los Sexteros, en Cádiz, del Jamón de Jabugo, del jamón de Monesterio, y el Respigo, de Laredo. Difundir la anchoa fuera de Cantabria y realizar un intercambio cultural y gastronómico son los fines que se consiguen con estos hermanamientos.

La organización de catas con el fin de ofrecer una degustación también se encuadra dentro de trabajo promocional. De hecho, ya han sido entre 40 o 50 y entre ellas, en colaboración con la Fundación Camino Lebaniego, ofrecieron una cata a turoperadores y periodistas internacionales, junto con una explicación sobre su historia, el proceso de elaboración y la proyección de un video que tuvo mucha repercusión. Con motivo de la celebración del Año Santo Jubilar Lebaniego en 2003-2004, la iniciativa se podría repetir.

Unido a estas iniciativas, la Cofradía de la Anchoa de Cantabria celebra todos los años su Gran Cabildo en Santoña, coincidiendo con la Feria de la Anchoa y la Conserva. “Hay que ir unidos con el Ayuntamiento y el sector. En 2019, nos reunimos 320 personas en el Gran Cabildo, entre las que se encontraban personas procedentes de Portugal, Francia, Italia, Cantabria y otras Comunidades”, rememoran desde esta asociación.

Es por ello que uno de los actos consiste, tras  el nombramiento de los cofrades, en visitar los expositores de la Feria de la Anchoa. En cuanto a la apuesta por traer profesionales de renombre en diferentes profesionales, Tino Sampedro lo tiene claro y señala que es una forma de difundir el producto a nivel nacional. Los periodistas Carlos Herrera o Susana Grisso, los actores Jorge Sanz o Marta Hazas, el exjugador de baloncesto, Fernando Romay, o el cocinero Carlos Arguiñano, han sido nombrados cofrades de honor.

Este año y con motivo de la celebración de los 25 años, durante el Gran Cabildo se homenajeará a los 14 cofrades fundadores que aún se mantienen en la Cofradía y a quienes se les impondrá un pin de plata conmemorativo en forma de octavillo semiabierto con llave de apertura incluida.

Con el propósito de seguir dando difusión a este producto, el Ayuntamiento de Santoña reformará la Casa de Albo y dedicará un espacio al Museo de la Anchoa, un proyecto en el que la Cofradía pretende colaborar con la donación de información y documentos.

Reconocimientos

Un trabajo el de estos años que no ha pasado desapercibido en diferentes ámbitos. De hecho, en 2012, recibieron el premio a la mejor Cofradía Europea de ese año durante la celebración del Congreso Internacional en Estonia; en 2017 fueron nombrados socios de honor de la Casa de Cantabria en Madrid, y en 2019 les concedieron el premio especial de Gastronomía por la Academia Gastronómica de Cantabria.

Tino Sampedro no duda que la anchoa ha puesto el nombre de Santoña en el mundo, ha generado su propia marca y 3.000 puestos de trabajo.

Por esto mismo, el patrón mayor defiende la implantación del Índice Geográfico Protegido, ya que en su opinión garantiza la mano de obra en Cantabria al tener que ser elaborado en el norte de España, protege la calidad de la anchoa, pescada en el Mar Cantábrico, y de cara a los clientes no hay engaño, dado que existe un control de calidad. “Aun así, hoy en día el 90 por ciento de los conserveros son de calidad”, incidió.

Y ante el peligro de que el sector sufra otra veda como en 2004-2005, Tino Sampedro se moja y dice que debería suceder una catástrofe. “Hay un control de la masa biológica por parte del Instituto Oceanográfico y luego está el cupo. Lo que se debe evitar es pescar más allá de 60 en el tamaño de los peces”, comentó.